Page 209 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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poner fin a las subastas forzadas y hacer que los intereses disminuyeran de manera que
no quedara consumida en su amortización la mayor parte de los ingresos.
La agricultura constituye una parte de importancia vital en la economía nacional y por
tanto la clase labradora, conforme a la concepción nacionalsocialista, está al servicio del
pueblo alemán. Su deber reside en asegurar el abastecimiento del pueblo. Según el
ministro Darré, “agricultor es el que, enraizado a su tierra natal gracias a la herencia de
su familia, cultiva su predio y estima su trabajo como un deber hacia los suyos y hacia
su pueblo”. La agricultura exige también la protección del Estado para los terrenos y sus
productos. Esta protección ha de consistir en primer lugar en la conservación perpetua
de la heredad como propiedad rural hereditaria a través de las generaciones de la misma
familia. Además el Estado, mediante la fijación del precio de ciertos productos, debe
proteger también a la agricultura contra toda especulación de los artículos de primera
necesidad para la alimentación del pueblo.
La Corporación Nacional de Alimentación
Para comprender la política agraria de Alemania, el extranjero no debe olvidar que este
país está encerrado en el corazón de Europa con un clima relativamente riguroso, un
suelo que no en todas partes es bueno para ser cultivado, una densidad de población de
138 habitantes por km. cuadrado, y que por su situación geopolítica tiene que contar con
otras condiciones de vida completamente distintas a las de otros países.
Los tres pilares básicos de la política agraria del Tercer Reich son: la ley para la
alimentación nacional, la ley sobre la sucesión del patrimonio rural y la reglamentación
del mercado.
Del mismo modo que por la fundación del Frente alemán del Trabajo todos los
trabajadores al servicio de la industria han sido agrupados en una organización única, la
ley para la alimentación nacional de fecha 13 de septiembre de 1933 tiene como
finalidad la agrupación orgánica de todos los agricultores y labradores bajo la dirección
única de ésta corporación. Esta ley eliminó gran número de organizaciones agrícolas y
libró al agricultor del aislamiento en que se hallaba, colocándolo dentro de un orden
general, en el cual puede ser llamado a colaborar en la resolución de los grandes
problemas planteados como , por ejemplo, en el de la “campaña de la producción”, del
cual hablaremos más tarde.
Por medio de esta ley no se ha instituido simplemente una organización burocrática
más, sino que los jefes, que prestan sus servicios gratuitamente, lo hacen conservando
su calidad de propietarios rurales de labradores. Por lo tanto no puede surgir ningún
conflicto entre los elementos directivos y los dirigidos, ya que todas las medidas que se
tomen habrán de beneficiar o perjudicar por igual a unos y a otros. La Corporación
nacional de Alimentación, declarada corporación de derecho público, es una
organización a la que deben pertenecer con carácter obligatorio todos los que vivan de
la producción agrícola y está bajo la inspección directa del Estado. Esta corporación,
muy lejos de ser una pura agrupación de intereses de una clase particular, no sólo está
formada por el grupo de la producción agropecuaria, sino que comprende además todos
los grupos económicos que están relacionados con la alimentación del pueblo alemán,
como los que preparan y elaboran lo producido y los intermediarios que lo distribuyen
entre los consumidores. La Corporación comprende por lo tanto a productores,
elaboradores y distribuidores.
Al frente de la Corporación nacional de alimentación se halla el jefe de los agricultores
cuyo representante es el superteniente nacional de agricultura. Para asesorarle se ha
constituido un consejo nacional de agricultores. Directamente subordinadas a él están la
oficina central en la cual se plantean los problemas a larga vista y una administración
para su estudio y resolución. Con el fin de ejecutar misiones especiales fue nombrado
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