Page 212 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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para independizarse de la importación de forrajes albuminosos, tuvieron feliz éxito. En
                  el año económico de 1935 a 1936 la Asociación de Agricultores de Baviera aumentó las
                  tinas de esterilización de forrajes de 220.000 a 830.000 metros cúbicos. El control de la
                  leche,  que  facilita el  aumento  en  la producción  lechera,  se  fue extendiendo  cada  vez
                  más. En la Asociación de Agricultores de Sajonia-Anhalt, por ejemplo, el  número de
                  vacas controladas aumentó de 16,7 % en 1932 a casi un 50 % hasta octubre de 1936.
                  En febrero de 1933  había 23.049 obreros parados, de profesiones rural  y  forestal;  en
                  septiembre de 1935 este número bajó a 39 y en el verano del mismo año ya no pudo ser
                  cubierta la demanda de braceros. Para aumentar su producción, la agricultura tuvo que
                  poner a su servicio un considerable número de elementos auxiliares; a pesar de todo los
                  brazos no fueron suficientes. Hubo que invertirse grandes sumas en la adquisición de
                  los  medios  de  explotación  necesarios,  como  por  ejemplo,  abonos  comerciales,  cuya
                  venta  subió  de  80  millones  de  marcos  en  1932,  a  240  millones  en  1935;  tinas  de
                  esterilización de forrajes (capacidad en 1934 = 2,3 millones de metros cúbicos, en 1936
                  = 5 millones de metros cúbicos) etc.
                  De este modo la agricultura, gracias a la campaña en pro de la producción, ha obtenido
                  grandes éxitos y ello no sólo en su propio dominio y, además, reanimó notablemente la
                  vida económica de otros muchos ramos de la industria y del comercio, porque uno de
                  los  fines  de  la  Corporación  nacional  de  la  alimentación  es  el  de  estimular  la
                  construcción de maquinaria agrícola, adoptándola a las condiciones de producción y a
                  las  proporciones  de  la  explotación  agrícola,  así  como  el  de  facilitar  el  uso  de  las
                  máquinas a los labradores modestos y a los agricultores en general.
                  La reciente y cuarta exposición de la Corporación nacional de alimentación en Munich
                  ofreció ocasión de poner de manifiesto los enormes progresos obtenidos en los cuatro
                  últimos años. Esta gran exposición agrícola pudo demostrar la intensidad alcanzada por
                  la agricultura alemana, que sobrepasa con mucho a la de la mayoría de los demás países.
                  Así por ejemplo, la producción media de trigo en el Reich asciende por hectárea a 43,2
                  quintales, mientras que en la fértil Francia la cifra es de 32,8 y en los Estados Unidos de
                  la América del Norte, donde sólo se dedican al cultivo los mejores terrenos, se recoge
                  un promedio de 17,6 quintales por hectárea.
                  Sería un error afirmar que la nueva Alemania ha realizado por completo su programa
                  agrario, pero hay que reconocer que el nuevo gobierno ha sabido no sólo abordar en un
                  tiempo  relativamente  breve  el  problema  económico-nacional  de  asegurar  la
                  alimentación,  sino  resolver  este  problema  en  un  80  %  de  su  totalidad,  según  lo
                  manifestara el ministro Darré en su discurso de apertura en la exposición de Munich.
                  El  éxito obtenido debe atribuirse al  nuevo concepto del pueblo  y a  la situación de  la
                  agricultura así acondicionada dentro de la economía total del pueblo alemán; pero en su
                  mayor parte es, con todo, la obra personal del jefe nacional de los agricultores. Este ha
                  conseguido  infundir  un  nuevo  espíritu  en  la  población  rural  alemana  que  se  hallaba,
                  tanto moral como económicamente, en un estado de completo desmoronamiento y que
                  de buena voluntad ha aceptado la dura misión que se le confiara en la campaña por la
                  producción.
                  A este éxito ha contribuido también el estímulo que se ha dado a las amas de casa para
                  que ayudaran por su parte en la campaña por la producción, mejor dicho, en la campaña
                  por  la  conservación.  La  campaña  de  la  lucha  contra  el  desperdicio  dio  origen  a  una
                  activa  y  eficaz  propaganda  para  el  aprovechamiento  racional  de  los  productos  de  la
                  tierra en la economía casera y la protección contra su despilfarro y deterioro.
                  Creación Nuevas Heredades
                  La  política  agraria  nacionalsocialista  se  propone  crear  el  mayor  número  posible  de
                  heredades  de  un  acre  de  superficie,  especialmente  en  las  zonas  poco  pobladas  para



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