Page 265 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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El  Reich,  los  Estados  regionales  y  los  municipios  han  substituido  a  los  mecenas
                  privados  dudosos  y  ya  en  trance  de  desaparición.  Los organismos  oficiales  invierten
                  varios millones de marcos anualmente para asegurar el presupuesto de los teatros y para
                  abrir  así  el  acceso  a  estos  a  la  gran  masa  del  pueblo.  Ya  he  destacado  la  intensa
                  actividad  desplegada  por  la  organización  “La  fuerza  por  la  alegría”  que  ha  hecho
                  accesibles  a  las  clases  más  necesitadas  del  pueblo  las  representaciones  teatrales  de
                  primer  orden,  y  en  estas  representaciones  organizadas  por  dicha  entidad  no  es  la
                  protección o el dinero, sino la suerte la que decide el puesto que ha de ocupar cada uno
                  de los espectadores.
                  Los  frecuentes  festivales  de  carácter  local,  las  semanas  culturales  y  los  Congresos
                  forman  momentos  culminantes  de  la  vida  teatral,  amén  de  conciertos,  emisiones
                  radiofónicas especiales, etc. Las representaciones más importantes del teatro alemán las
                  constituyen  las  funciones  al  aire  libre  en  el  patio  el  castillo  en  Heidelberg  y  los
                  festivales musicales wagnerianos en Bayreuth. Cabe citar también las representaciones
                  del teatro Dietrich Eckart, que funciona desde 1936 en los Campos Olímpicos de Berlín.
                  La  “Semana del Teatro”, organizada todos los años en  ciudades distintas,  culmina  la
                  temporada  teatral.  Además  de  reuniones  solemnes  y  congresos  de  la  Cámara,  son
                  representadas durante la semana óperas y obras que constituyen  la máxima expresión
                  artística del teatro y son un testimonio elocuente del resurgimiento de una cultura teatral
                  alemana depurada y libre de elementos extraños.
                  Una parte muy importante en este resurgimiento se debe a la sección dramatúrgica del
                  Ministerio  de  Propaganda.  Esta  sección  inspecciona  los  programas  de  los  teatros,
                  dictamina  sobre  las  obras  teatrales  presentadas  a  su  estudio,  asesora  a  los  autores,
                  editores  o  directores  de  teatro,  e  impulsa  los  trabajos  de  valor  artístico.  No  es  una
                  oficina de censura, sino que se limita a ayudar y orientar, para encauzar el desarrollo de
                  las fuerzas creadoras del arte escénico. Un cálculo, que apenas abarca la mitad de los
                  grandes  teatros,  da  para  una  parte  de  la  temporada  1935/36  la  cifra  de  124  operetas
                  diferentes,  de  ellas  25  estrenos.  El  número  de  óperas  representadas  en  el  mismo
                  intervalo supera al de las operetas, y los estrenos llegan a doce, cantidad considerable, si
                  se tiene en cuenta el coste tan elevado que requiere su escenificación. Las obras de otros
                  géneros ofrecen números muy desiguales: los programas muestran más de 400 piezas.
                  De estas  hubo  más de 130 estrenos,  de los cuales  la  mitad se  componía de  sainetes,
                  comedias, juguetes cómicos y cuadros de costumbres.
                  Los teatros alemanes y sus 20.000 artistas tienen a su cargo una misión difícil y elevada:
                  es preciso  reconocer que la  han  cumplido  a  la perfección. Con  motivo  de  la  semana
                  cultural alemana durante la exposición universal de París, un público internacional ha
                  tenido ocasión de convencerse de este hecho.
                  La  Cámara  Nacional  de  Bellas  Artes  se  ha  propuesto  como  tarea  al  fomento  y
                  valoración de las empresas artísticas, y el cuidado de la procuración de los trabajos. Los
                  arquitectos  de  la  Cámara  se  dedican  asiduamente  al  trazado  de  las  colonias  rurales,
                  cuarteles militares, viviendas populares, etc. A la jardinería se le abre un amplio campo
                  de trabajo con el adorno de las nuevas edificaciones y autopistas. Los poderes públicos
                  ponen a disposición de estos proyectos subvenciones importantes, a fin de estimular la
                  producción  artística. Durante el  año se celebran  a menudo concursos de arquitectura,
                  jardinería,  y  los  premios  correspondientes  son  erogados  por  el  Estado,  que  además
                  invierte ingentes sumas en  la adquisición de cuadros para estímulo del arte pictórico.
                  Las medidas sociales de la Cámara son las siguientes: costear los viajes de recreo de dos
                  a tres semanas de duración para los artistas, la concesión de subsidios para aliviar las
                  necesidades y apremios económicos, la asistencia social a los artistas ancianos y a los
                  deudos de los fallecidos.



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