Page 90 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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la influencia de la raza extraña en el poder político y colocar la vida entera de la Nación
bajo un gobierno alemán.
2º Como es sabido, la ley sobre las limitaciones de la inmigración en los Estados Unidos
de Norte América determina las condiciones para la entrada de los ciudadanos de ciertos
países europeos, desde el punto de vista racial. La “Inmigración Restriction League”,
con pleno conocimiento de la cuestión racial, ha exigido que se prohiba la inmigración
de ciertas razas. El Gobierno australiano contiene en su legislación medidas severas
contra la inmigración de ciertas razas.
3º En otros países a menudo se ha aspirado por otros medios y también se ha logrado el
mismo resultado que en Alemania y, sin requerir al legislador, se han alejado, en la
práctica, de la vida pública a judíos o individuos de otros pueblos o razas. Alemania ha
preferido el camino más legal de la ley.
Los afectados por la ley alemana son objeto, desde luego, de la compasión del pueblo
alemán, pero tales víctimas, según el principio fundamental del nacionalsocialismo, son
necesarias para la higiene, fuerza y porvenir del pueblo. El interés de la colectividad
está por encima del interés particular.
VI
El Estado y el Partido Obrero Alemán Nacionalsocialista (NSDAP)
Hitler no ha dado todavía a la Nación alemana una Constitución definitiva, acaso
sucederá después de completarse la reforma del Reich. En Alemania existe por de
pronto una realidad constitucional política basada en las leyes sobre la política exterior
y otras disposiciones oficiales. Descansa sobre los principios fundamentales
nacionalsocialistas que gobiernan la vida entera de la Nación.
Según estos principios constitucionales, el Partido es el único guía político y reformador
ideológico del pueblo entero y del Reich unificado. Como comunidad del Estado y del
pueblo, en el nuevo Reich es un centro generador de fuerzas ideológicas; una fuente de
energía intelectual y espiritual y, al mismo tiempo, un instrumento de poder efectivo en
manos del Führer. Es el exponente de la idea nacionalsocialista de pueblo y Estado y de
la fuerza que anima a éstos. El Partido da a la Nación Führer y Jefe Supremo del
Ejército. El Führer dirige Partido, Estado y Ejercito, que significan una unidad
indisoluble, sin ser idénticos entre sí. Estos tres elementos tienen como base al pueblo
alemán y como vértice al Führer. De aquí resulta que el principio de un dirigente único
es el centro de toda la vida política alemana.
Hitler, en una revista de la SA de Berlín, el 8 de abril de 1933, proclamó solemnemente
la primacía del Partido y la unión indisoluble del Partido con el Reich. Ambos
principios, más tarde, fueron reconocidos jurídicamente en la ley “para asegurar la
unidad del Partido y del Estado”, del 1º de diciembre del mismo año, en la que se dice:
“Tras la victoria de la revolución nacionalsocialista, el Partido obrero alemán
nacionalsocialista es el exponente de la idea nacional alemana y está unido
indisolublemente al Estado. El Partido es una corporación de derecho público. Sus
estatutos los redacta el Führer. Para garantizar la más estrecha colaboración de las
oficinas del Partido y de las secciones de Asalto con las autoridades públicas, tanto el
lugarteniente del Führer como el Jefe del Estado Mayor de la SA son miembros del
Gobierno nacional”.
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