Page 108 - Egipto TOMO 2
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                                           EL CAIRO
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                                      el notario, fiki. Comunmente, además de estas personas,
                 futuro suegro con dos testigos y
                                                  otra familia; pero hombres solamente.
                 encuéntranse en la casa algunos amigos de una y
                 Después de recitada la fatikha, que es el primer capítulo del Coran, el novio manifiesta cuál
                 es la suma que se ha convenido en señalar á la futura esposa para el caso en que enviude
                 arrodíllanse inmediatamente, así como su suegro, en presencia de los asistentes al acto, sobie
                                           dándose recíprocamente la mano derecha, levantan
                 la misma alfombra, uno delante de otro, y
                 los pulgares que oprimen uno contra otro.  El fiki extiende un velo sobre las dos manos de
                 esta suerte enlazadas, les dirige un breve discurso consistente, por punto general, en algunos
                 versículos del Coran, y  les hace pronunciar  la fórmula consagrada para  el matrimonio:
                 relábrase el acto con un refresco ó comida; los testigos reciben un pequeño obsequio de parte
                 de la novia; el novio entrega  al  fiki, en testimonio de consideración, un pañuelo blanco en
                                            una de cuyas puntas va atada una moneda de oro
                                            y con esto queda terminada la ceremonia.
                                              El matrimonio resulta con esto efectuado: falta
                                            sin embargo acompañar  la novia á  la casa del
                                            novio. En esta fiesta, que se celebra con grandes
                                            ceremonias, toman parte no sólo todos los pa-
                                            rientes, sino también los amigos y vecinos, y en
                                            este concepto formamos parte del cortejo, y po-
                                            demos  referir  al lector una porción de detalles
                                            referentes á la misma. Entre la relativa á la toma
                                            de los dichos ó esponsales y  el desposorio, trans-
                                            curre un período cuya duración está en armonía
                                            con  la cuantía de  la dote que es indispensable
                                            aprontar. Es esta coyuntura favorable, que los po-
                                            tentados aprovechan, para hacer ostentación de
                                            sus riquezas, tanto que los historiadores árabes no
                                            han juzgado inoportuno apuntar con los más pe-
                 queños detalles lo que algunos príncipes han dado á sus hijas en ocasiones parecidas. Cuando,
                  hace algunos años,  el jetife Ismail casó á sus hijas, procedió con toda la pompa y  esplendor
                  propios de un verdadero oriental. Pero nuestros conocidos no pertecen á tan elevadas esferas:
                 ya hemos dicho que pertenecen á  la clase media acomodada, cuyas pretensiones son mucho
                 más modestas: en cambio, hanse conservado en ella más puras y genuinas las características
                 costumbres del tiempo antiguo, que entre los ricos se hallan adulteradas y, si así podemos
                 decirlo, oscurecidas por el reflejo de los usos extranjeros. Volviendo, pues, á nuestro tema,
                 diremos que las fiestas se celebran por separado para cada uno de los dos sexos; cosa que se
                 comprende perfectamente, tratándose de individuos que profesan el islamismo, así como se
                 concibe también que en ellas debe caber la mejor parte á las mujeres. De aquí que ántes de
                  reunimos con nuestros huéspedes juzguemos del caso decir algo de lo que pasa en el harem.
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