Page 351 - Egipto TOMO 2
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268 HASTA TEBAS
que sólo el rey y el sacerdote celebrante tenian derecho para penetrar hasta el verdadero
corazón del templo, en el cual se conservaba además el sistro de la divinidad!
De los aposentos menores, el más próximo á la sala central servia para guardar las
vestiduras y las fajas de los sacerdotes. El tesoro se guardaba en dos de dichas cámaras,
es decir, en dos de las situadas á la derecha del santuario (I). En una de las tres existentes
á la izquierda de la sala de las apariciones (II), que se distinguía con el nombre de labora-
torio, se preparaban, sin reparar en el gasto, las esencias y aromas destinados al culto.
Podríamos reproducir fácilmente cuantas operaciones químicas practicaban los sacerdotes,
puesto que, grabadas en la piedra y cubriendo todas las paredes del laboratorio, se conservan
aún las fórmulas y recetas de que se servían.
En una cámara particular se conservaba el
agua olorosa destinada al servicio del templo;
CLEOPATRA, SEGUN UNA MONEDA GRIEGA
en otra los vasos sagrados que eran de gran
,
riqueza; en una tercera el sagrado sistro de
CLEOPATRA, REPRESENTADA SEGUN EL ESTILO EGIPCIO
Hathor; una cuarta era el taller en que se
construía v reparaba el menaje de los sacerdotes; finalmente, como acontece en los templos
católicos, en los cuales se presta culto á varios santos, en las capillas laterales inferiores, en
las cámaras de esta clase se adoraba á divinidades distintas. Encuéntrase entre éstas la
cámara ó aposento del trono de Ra, y al lado de otras consagradas á otros dioses, aquella en
que naciera la esposa de Osíris, en la cual se preparaba y festejaba el solemne aniversario del
dia en que Isis había visto la luz «para gloria y regocijo de los dioses y diosas.» Esta fiesta
tenia lugar en el cuarto de los cinco dias epagomenos con que terminaba el año egipcio,
considerándose como la más importante de todas: servia de introducción al año nuevo, y
correspondia , séanos permitida la comparación, que usamos simplemente para mejor inteli-
gencia, á nuestra noche de san Silvestre. En ella, como fácilmente puede comprenderse,