Page 385 - Egipto TOMO 2
P. 385

,




                   302                      TEBAS
                 refinada. Al dirigirse el viajero á Karnak, encuéntrase con numerosos negociantes que le
                 ofrecen abundantes ejemplares de esta clase de objetos, y  si bien muchos de  ellos son
                 legítimos, la mayor parte constituyen imitaciones perfectamente labradas.
                   El rico botín mencionado en el Cuadro estadístico  aprovechó, como fácilmente se puede
                 comprender, no sólo á Amon de Tébas, cuyo templo procuró Thutmosis adornar por todos
                 los medios imaginables, sino también á sus sacerdotes. Las inscripciones prueban que el rey
                 le concedió con mano pródiga extensas tierras de labor, verjeles, cereales, ganados, oro,
                 plata y piedras preciosas,  objetos de valor, entre los cuales se hace mención de un arpa
                 incrustada de joyas de gran precio y especial significación, y las rentas procedentes de las
                 ciudades  sirias.  Instituyó  tres nuevas  fiestas,  aniversario  de  sus  victorias,  haciéndolas
                 coincidir con los antiguos dias festivos,, que en verdad no escaseaban en Tébas. Del mismo
                 modo que lo fuera con los dioses, mostróse pródigo con sus generales, y con aquellos de sus
                 capitanes que, en esta época caballeresca del Egipto, llevaron á cabo singulares hazañas.
                 Uno de los más distinguidos entre sus jefes y paladines fué el noble Amen-em-heb, cuya
                 tumba tuvo la suerte de descubrir  el autor de  estas líneas.  Este héroe acompañó á su
                 soberano en todas cuantas expediciones llevó á cabo, y lo mismo en las cacerías que al frente
                 del enemigo distinguióse por su valor personal, habiendo recibido honores y  presentes por
                 cada una de las acciones que  llevó á cabo. La historia de sus hechos completa de una
                 manera inesperada la de Thutmosis III, proporcionándonos datos positivos respecto de  la
                 duración de su reinado, durante el cual el terrible guerrero encontró espacio suficiente para
                 terminar muchas obras consagradas á la paz, entre otras la construcción de la parte más
                 antigua de MedinetHabu, sobre la orilla derecha de Tébas. Hemos encontrado su nombre
                 en Denderah: sus arquitectos trabajaban en Memphis y en Heliópolis,  en Erment, en
                 el-Kab, en Edfu, en Esne, en Kom-Ombu, en  la isla de Elefantina y en otros muchos
                 lugares, y hasta en Nubia, principalmente entre  la primera y  la segunda cataratas. En
                                             .
                 Amada restauró el templo fundado bajo el antiguo imperio, adornándolo con pinturas, entre
                 las cuales se encuentra su retrato, así como con jeroglíficos, que conservan aún el brillo y el
                 esplendor de sus colores, y merecen especial mención por la grandeza del estilo y la belleza
                 de ejecución. También levantó numerosos obeliscos, entre otros los que por más célebres é
                 importantes han sido posteriormente trasladados á Europa, tales como el llamado Aguja de
                 Cleopatra, el obelisco de Latran en Roma, y el famoso monolito de Constantinopla. No debe
                 sorprender que monarca por tantos títulos digno de estima, alcanzara honores divinos, aún
                 mucho tiempo después de su muerte, y que muchos egipcios adoptaran el sobrenombre con
                 que se le distinguía, Ra-men—cheper, para grabarlo como mensajero de ventura en sus
                 sellos ó en los escarabeos que usaban como amuleto.
                   Según consigna la inscripción funeraria de Amen-em-heb, Amenofis II ocupó el trono el
                 dia siguiente al de la muerte de su padre. Estaba en el deber de conservar cuanto se habia
                 adquirido en  el reinado precedente : una tentativa de alzamiento llevada á cabo por  las
                 ciudades sometidas de la Siria, obligóle á pasar al Asia: un texto de Amada nos da cuenta de
   380   381   382   383   384   385   386   387   388   389   390