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DE LA CIUDAD DE AMON A LA CATARATA 359
» ilusión se hizo pedazos.» Separóse de aquel á quien amara tan profundamente, y se hizo
»almea. Al presente el recuerdo de su primer amor llena su alma de tristeza. La melancolía
»y amor no satisfecho son la fuente de donde brotan sus inspirados cantos.»
Los regalos preciosísimos que se hacen á una cantatriz como la que nos ocupa, corren
parejas con los frenéticos aplausos que se la prodigan en este Oriente que es la tierra de la
liberalidad. Una distinguida señora de las márgenes del Rhin
, que tuvo la fortuna de oir
á Almás en un harem, nos
decia que las mujeres que
constituían su auditorio, le
habían arrojado sobre las ro-
dillas, y materialmente como
á competencia verdaderos
,
puñados de monedas de oro,
sortijas, pendientes, ajorcas,
cuanto les venia á mano: una
sola de sus sesiones le pro-
duce tanto ó más que á la
Patti una función en nues-
tros teatros. No es ménos
envidiable la fortuna de los
cantores, pero es más pasa-
jera que la de sus cofrades
del otro sexo : la voz robusta
del hombre, principalmente
en las notas agudas y atipla-
das, no juega tan bien en la
música árabe como la voz
aguda de la mujer. En cam-
bio la de los niños v de los
«j
adolescentes ofrece un en-
canto particular, de manera
que su canto es á veces pre-
ALMAS, LA CANTADORA ÁRABE DE MÁS FAMA EN LA ACTUALIDAD
ferido al de las mujeres. Las
bailadoras, haciendo muestra de
gitanas (ghawazi) de Esne, son simultáneamente cantoras y
sus habilidades ante los extranjeros, vistiendo colores vivísimos y luciendo joyas de oro.
Conten tanse con una pequeña recompensa, no se ocultan detrás de ninguna cortina, y
difícilmente logran causar, no diré entusiasmo, sino ni arrancar muestras de aprobación á los
espectadores europeos. Y sin embargo, no es esto decir que sus cantares carezcan de
sentimiento y profundidad, y en algunas de sus danzas dan pruebas de una flexibilidad