Page 471 - Egipto TOMO 2
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DE LA CIUDAD DE AMON A LA CATARATA
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           íe^to no aon más que depósitos formados por el mar Rojo que en otro tiempo las cubría,
           habiéndole letiiado paulatinamente á consecuencia del levantamiento progresivo del
                                                                 país:
                                                      los restos de animales
           fenómeno peí fecíamente demostrado por medio de la identidad de
           fó&iles que en gian número se descubren, respecto de las que viven aún en las aguas de
           dicho mar  . tal ^ez la descomposición gradual de dichos fósiles es la que ha transformado
           en espejuelo. las capas recientes de esta montaña.
             La  falta de agua, la soledad,
                                la carencia de vías de comunicación, hacen del desierto
           aiábigo una comarca poco apropiada en
                                      todas sus regiones para  el gran comercio, de
           manera que sólo en un lejano porvenir podrán nuestros cartógrafos dar con exactitud
                                                                   la
           estructura de cieitas partes de esta región, que tan cercase encuentra, sin embargo, de los
           pueblos civilizados- En aquellos sitios en que
                                         la cadena se halla interrumpida por valles
           transversales, que extendiéndose de Oeste á Este, forman por su reunión ora una especie
           de valle único, que desde el Nilo conduce
                                      al mar Rojo, ora una série de valles, enlazados
           entre sí por medio de pasos de fácil acceso,  el comercio entre  el Nilo v el mar, v entre éste
           Y  Arabia y hasta  la India,  del cual tan á menudo se ha hablado en  estas páginas,
           desenvolvióse y floreció desde los tiempos más  antiguos.  Prueba elocuente son de  ello
           muchos de estos caminos de tránsito existentes á la altura de Said L
             Existe también un camino que  casi  constantemente  sigue  la  cresta de  la montaña
           primitiva, y conduce desde el Cairo hasta Koser y aún más allá. En tiempo de Mehemet-
           Alí establecióse un servicio postal, suprimido hace mucho tiempo: los dromedarios que lo
           hacían empleaban sólo ocho dias en salvar la distancia existente entre la ciudad de los califas
           y Koser.  El más célebre y más antiguo de tales caminos es el que por el Wadi Hammamat
           actual y por el v r alle apellidado por los antiguos egipcios Rohanu, conducía desde Coptos al
           mar Rojo, el cual no sólo era frecuentado por las caravanas de negociantes, sino también,
           de cuando en cuando, por los canteros y  los soldados que venían á buscar materiales
           preciosos para el Faraón en esa comarca tan rica en piedras duras. Encuéntrase en estas
           montañas un alabastro soberbio, del cual hav dos variedades: una amarilla como la miel
           y otra blanca como la nieve, el cual se extraia de las montañas Alabrastrinas de los antiguos,
           situadas al oriente de Siut, y se empleaba para toda clase de objetos artísticos. También
           se encuentra el pórfido rojo del monte Porfiritis, probablemente en el dia el Gebel Duchan,
           muy estimado, y con razón, por los griegos y los romanos. En tiempo de las persecuciones
           imperiales, más de un cristiano fiel á su fe fué condenado á cortar piedra en ella, en castigo
           de su firmeza, en medio de los más horribles martirios, hasta que agotadas sus fuerzas
           sucumbía al sufrimiento. Los egipcios hacían gran aprecio de cierta diorita de un verde
           oscuro, de la cual labraban sarcófagos, estatuas, esfinges y otras obras de arte. En  el valle
           de Rohanu, donde, según parece, fueron los trabajos más numerosos y activos que en otros
            1  Los más importantes han sido, y en parte son aún en el dia, los que partiendo de Esne ó de Edfu, conducen á la antigua Berenice y
           hasta á Aidab, que fué célebre en los primeros tiempos del islamismo, así como los que se originan cerca de Kutf (Coptos), Kus, ó Kene,
          Junto á las riberas del Kilo, y terminan en Koser,  el Lemos limen de los antiguos. Desde Kene hay un camino que en dirección al Norte
           conduce á Safage y á Gímsche, en las cercanías de las cuales existieron acaso los puertos tolemaicos de Filoteras y de Myos Horraos.
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