Page 472 - Egipto TOMO 2
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                                 DE LA CIUDAD DE AMON A LA CATARATA
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                 puntos, encuéntranse muchas inscripciones, grabadas con mayor ó menor destreza sobre
                 los peñascos que limitan el camino, destinadas á transmitir á las generaciones futuras la
                 naturaleza de la obra llevada á cabo, el Faraón que la dispuso,  el funcionario que la dirigió,
                 el tiempo empleado en  ella,  los principales obreros que intervinieron en su realización.
                 Las inscripciones conmemorativas más antiguas se remontan á los últimos tiempos de la
                 quinta dinastía y á los primeros de la sexta: las más recientes son de la época romana. En
                 las canteras de Wadi Hammamat jamás han  existido operarios constantes: cuando para
                 determinados objetos se necesitaban bloques de especial magnitud ó belleza, enviábase una
                 expedición con el encargo de buscarlos, cortarlos y  expedirlos por el Nilo. La operación
                 de transporte es de aquellas, de las cuales difícilmente puede formarse idea, si se considera
                 que se trataba de conducir pesos enormes al través de montes y valles, sin poder contar
                 con el auxilio de los camellos. Para poner en movimiento tales bultos, sólo podia contarse
                 con los brazos del hombre: pero en cantidad considerable y prodigados hasta lo inverosímil.















                                         TRANSPORTE DE UN COROSO
                  Los alimentos y provisiones que los mismos necesitaban, eran remitidos  al  desierto en
                  carretas arrastradas por bueyes, ó transportados por otros hombres. No puede respecto de
                  ello caber duda, en vista del cuadro de que dejamos hecha mención, que representa el
                  transporte de un coloso, el cual se encuentra en un sepulcro de El-Bersche, del cual se ha
                  tomado para reproducirlo en este libro; constando igualmente,  entre otras inscripciones,
                  por un extenso documento en escritura jeroglífica, que grabaron sobre las rocas los operarios
                  de Ramsés IV. No emprendió su viaje con buena estrella la caravana que  el sucesor del
                  poderoso fundador de Medinet-Habu envió en busca de piedras indestructibles para los
                  monumentos que estableció en Tébas, y que ó no terminó, ó han sido destruidos sin quedar
                  rastro de ellos. Componíase de ocho mil trescientos sesenta y cinco hombres; cinco mil
                  soldados dos mil hombres de servicio destinados á tirar y arrastrar sobre trineos los bloques
                       ,
                  cortados, y ochocientos aperiu  acaso hebreos, que debemos considerar como prisioneros
                  de  guerra condenados á trabajos forzados,  todos  los cuales constituían  el núcleo de  la
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