Page 485 - Egipto TOMO 2
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DE LA CIUDAD DE AMON A LA CATARATA
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Nubia, presentósenos también la especie de delantal formado de tirillas de cuero que
diestramente entrelazadas y de diversos colores teñidas, usan las mujeres al otro lado del
trópico. Un marinero egipcio hacia bailar al son de la pan-
dereta, un monote que se trajera consigo en un viaje hecho
al Sur, en tanto que un bischari, de un negro bastante
pronunciado procuraba llamar nuestra atención , conto-
,
blandiendo su lanza y su
neándose de un lado para otro y
escudo, para ejecutar en nuestra presencia su danza guer-
rera . Llevaba en el brazo un cuchillo y varios amuletos
las gentes de Dongola pretendían que les compráramos ese
género de talismanes. Las conversaciones que pretendían
sostener con nosotros esos morenitos de la zona tórrida,
nos eran completamente incomprensibles, pues en su
mayor parte sólo hablan uno de los tres dialectos de la
Nubia, el kenus, el mahas, ó el dongolani. El árabe no
es comprendido y hablado en Nubia más que por las
mono sabio gentes de las ciudades, por aquellos que han viajado ó
por los schegije y las demás tribus de origen árabe: los barabras, cuya patria se extiende
casi desde Kom-Ombu á la cuarta catarata, sólo lo aprenden cuando emigran á las ciudades
al Cairo. Dichos barabras pueden ser llamados los
egipcias y especialmente á Alejandría y
saboyanos de Egipto, pues, como los de Europa, abandonan con frecuencia, y hasta podría
decirse habitualmente, su patria en los primeros años de su
juventud, para trasladarse á las grandes ciudades, con el pro-
pósito de hacerse un capitalillo con el cual puedan estable-
cerse cómodamente el dia en que regresen á su país. En el
Alejandría se hallan en gran número, desempeñando
Cairo y
cocheros. El
los oficios domésticos de porteros, cocineros y
joven saisiano, cuyo retrato hemos dado en la página 125 de
este tomo , y la mayor parte de sus colegas pertenecen á esta
raza ; pues áun sin haber adquirido todas las fuerzas de la
juventud, sus piernas y sus pulmones son más resistentes
que las de los adolescentes egipcios. Además reúnen todas
las buenas condiciones que hay derectio á exigir de un buen
criado, mereciendo las mayores alabanzas su proverbial hon-
radez. Léjos de la patria están estrechamente unidos, en
términos que, gracias á semejante unión, no sólo han (Nuestro criado nuWo,ho y intérprete)
logrado echar del rebaño á los galeses intrusos, sino que, apoyándose y auxiliándose
mútuamente han conseguido hacerse un lugar á parte , por manera que el mayor número de
,
los empleados más distinguidos, de los dragomanes más ilustrados, de los alquiladores de