Page 502 - Egipto TOMO 2
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418 DE LA CIUDAD DE AMON A LA CATAEATA
de la cadena líbica. Sólo nos queda espacio para nombrárselos al lector como de paso, y mos-
el santuario de Girsche. Xo cabe
trarle la admirable fachada del speos de Abu-Simbel y
dudar, sin embargo, que los artistas que tuvieron á su cargo la construcción de esas obras
gigantescas, y aun los soberanos que ordenaron su construcción, se detuvieron más de
una vez en el templo de Isis, cuando iban á visitar las obras que construían ó mandaban
construir. En los tiempos tolemáicos los sacerdotes se vieron precisados á invocar el auxilio
de los reyes, contra la invasión de los viajeros que agotaban sus provisiones, y, según
decían, les ponían en la dura necesidad de suprimir las ofrendas que de derecho inconcuso
pertenecían á los dioses.
ENTRADA DEL TEMPLO SUBTERRÁNEO DE GIRSCHE
Cuando más tarde prevaleció en Roma el culto de Isis y de Serapis, y se propagó á las
más remotas regiones del imperio, léjos de disminuir, fue en aumento el número de los que
deseaban contemplar la residencia terrestre de la diosa favorecedora y el sepulcro de Osiris
de Philse, por el cual juraban muchos griegos del Egipto, especialmente cuando pretendían
comunicar solemnidad á sus juramentos. Compréndese fácilmente que muchos de tales
viajeros hubiesen tratado de dejar en la isla un recuerdo ó memoria de su visita, y esto nos
explica el que en diferentes puntos del templo de Isis, al lado y aun encima de las figuras y de
los jeroglíficos de estilo egipcio, se encuentren inscripciones en prosa y en verso, redactadas
en su mayor parte en lengua griega, de las cuales hay algunas verdaderamente notables
por la forma y por el contenido. La mayor parte se encuentran en los sitios del Sur de la
isla, que contienen las más antiguas construcciones del santuario.