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DE LOS INDÍGENAS DEL PERÚ 32Í "
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ellas treinta pies de largo, dieziocho de ancho y ocho de es-
pesor, extraídas de las canteras de yanguyo, situadas á más
de cuarenta millas de distancia, siendo verdaderamente ad-
mirable que sin bestias de tiro, sin vehiculos apropiados, sin
ninguna máquina poderosa, hayan podido traer tan enor-
mes masas desde tan larga distancia (1); templos de ciento
(1) Varios historiadores y algunos otros autores hablan de la traslá
cion de esas piedras desde las canteras hasta Tiahuanaco. Cieza de León,
en el cap. GV. de su «Crónica del Perú», dice que «esas piedras debían haber
sido traídas de grandes distancias y con muchas dificultades;» sin especifi-
car esas circunstancias.—El Licenciado Polo de Ondegardo, en la pág. 171
de sus «Relaciones de Antigüedades Peruanas,» afirma que «esas piedras se
encontraban á distancia de cien leguas.» Alcides D'Orbigny, en el tom, III,
cap. I, pág. 346 de su Voyage á V Amérique da Sad, infiere que «lo? gran-
des bloques antecíticos dispersos entre las ruinas y la orilla del lago Titica-
ca, demuestran el camino por el que fueron traídas como material de cons-
trucción de Tiahuanaco.»—Jorge Squier, en su obra Incidents^ travels and
explorations in the land ofthe Incas, participa de la misma opinión de
D'Orbigny. — Juan Diego Tschudi, en la pág. 65 de su obra Raisen in Sud
America^ asienta que «esas piedras han sido extraídas del volcán Kaijappia
y que fueron trasportadas por tierra por la vía de Zepita y el Desaguadero.»
—Posteriormente, el señor Arturo Posnausky, en su interesante trabajo
«Petrografía de Tiahuanaco,» publicado en el tom. Vde la «Revista de la So-
ciedad Geográfica de la Paz», cree haber comprobado que esas piedras pro-
ceden efectivamente del volcán apagado Kaij^ippia, situado en el istmo de
Yunguyo, á 1648 metros de elevación sobre el nivel del lago Titicaca, vol-
can cuyas cumbres están hoy cubiertas de nieve perpetua y que hacen mu-
chos siglos formaban dos cráteres que arrojaban desdé las entrañas de la
tierra cenizas, lavas y grandes bloques andecíticos.» El señor Posnausky
dice que en las cumbres de dicho volcán, cuyo cráter principal tiene un diá-
metro de trescientos metros, se ven aún las señales del trabajo plutónico
que ejecutaron los antiguos Tiahuanaquenses para extraer dichas piedras;
que hoy este cráter está convertido en una laguna profunda que recibe las
aguas de las nieves derretidas de las alturas; que en dicho cráter se encuen-
tra una boca-mina abandonada cuya entrada fué trabajada sólidamente,
en ese tiempo, por esos mismos Tiahuanaquenses; y que ese cerro contiene
casi todo el material de que se han servido éstos para sus construcciones
ciclópeas. Pespués d9 ocuparse el señor Posuauskjr de la procedencia de eaai
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