Page 159 - Cómo no escribir una novela
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trajes con el sueldo de un funcionario. Pero si esos lujos son demasiado inverosímiles
los lectores cerrarán el libro. Los personajes que viajan por todo el mundo para seguir
a esa misteriosa mujer que les ha robado el corazón necesitan unos fondos para
costearse los astronómicos gastos. Los aficionados a volar en avioneta los fines de
semana necesitan unos ingresos para sufragar un pasatiempo tan caro.
Los intentos poco elaborados de justificar los misteriosos fondos con que cuenta tu
protagonista pueden salirte por la culata. Las explicaciones deben ir un poco más allá
de «De alguna manera John tenía un montón de dinero». Si John recibe una herencia o
abandona un prestigioso bufete de abogados para dedicarse a pintar, sólo funcionará si
esos hechos forman una parte coherente con el todo que es tu novela. Esto es, la
herencia debe venir por una razón plausible y desempeñar un papel importante en la
vida del personaje. Ese antiguo abogado de una firma de prestigio debe parecerse a
toda esa gente que ha trabajado en un bufete importante y triunfado en esa profesión.
Esto implica, entre otras cosas, que ese antiguo abogado no puede tener veinticinco
años.
Sí, tu personaje puede ganar la lotería (o encontrar unos millones en un maletín o
heredar un castillo) si tu novela trata de un sujeto que ha ganado la lotería, de la misma
manera que tus lectores aceptarán una invasión alienígena si el libro ya va de eso, pero
no lo harán si ese elemento aparece, como quien no quiere la cosa, muy avanzada esa
historia tuya que se desarrolla en el marco de una reforma agraria (véase Por qué el
oficio de escritor es más difícil que el de Dios).
Los personajes y los escenarios
El Bueno, el Feo y el Malo
Si descubres que has incurrido en el error de colocar a los siguientes
personajes en los escenarios que acto seguido se describen, debes saber
que ha llegado la hora de que lo arregles.
La mansión Playboy
Algunos libros están habitados únicamente por gente guapa. Esto está muy
bien si la acción se sitúa en una agencia de modelos o en el paraíso de los
musulmanes. Si la acción transcurre en una comisaría, un instituto o en
cualquier otro escenario, los guapos deben aparecer con la misma
frecuencia con que se les ve en la vida real.