Page 163 - Cómo no escribir una novela
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Si faltan esos detalles específicos el lector llenará inconscientemente
                  esas lagunas con los hechos de su propio mundo. Si dices que Galdor de
                  Nebulón  se  sentó  para  desayunar  y  no  describes  en  qué  consiste  ese

                  desayuno, el lector que desayune un tazón de cereales todas las mañanas en
                  cierto sentido dará por sentado que Galdor desayuna lo mismo.
                      La ciencia ficción y el género fantástico requieren que el lector cree un

                  mundo que sea coherente y creíble, pero la novela histórica obliga a que lo
                  que se diga de ese mundo también sea cierto. A tal fin, algunos autores
                  ofrecen verdaderos cursillos sobre la época medieval o la historia militar

                  de China en sus novelas. Si esto funciona, es un magnífico regalo para los
                  lectores; pero la novela histórica debe estar escrita además tan bien como
                  los libros de divulgación más populares, y de una forma similar.

                      Un recurso que se emplea con frecuencia para introducir al lector en el
                  período  histórico  de  una  novela  es  que  el  protagonista  conozca  a
                  Carlomagno, la reina Victoria o a Benjamin Franklin, una persona de esa

                  época histórica de la que el lector haya oído hablar. Esto puede funcionar
                  cuando el protagonista de la obra es un hijo bastardo que se presenta en la
                  corte  o  un  huérfano  que  entra  de  aprendiz  en  la  imprenta  de  Benjamín

                  Franklin. Si ese personaje no tiene más relevancia en su novela que la que
                  tendría  una  imagen  de  la  Torre  Eiffel  o  del  Arco  del  Triunfo  o  una

                  baguette  al  principio  de  una  película,  lo  que  debe  hacer  el  autor  es
                  sustituirlo por otro.
                      Lo  más  importante:  si  al  autor  de  esa  novela  histórica  la  historia  le
                  parece aburrida, su novela se resentirá. Como ese autor se salta todos los

                  pasajes donde se da información histórica en sus novelas favoritas, él se
                  decide  a  hacerle  el  favor  al  lector  de  omitirlos  en  el  libro  que  está

                  escribiendo. Aunque su libro se sitúe en la Inglaterra del período Tudor, él
                  ni  menciona,  porque  lo  ignora,  qué  clase  de  gobierno  tenía  Inglaterra
                  entonces,  cómo  se  ganaba  la  vida  la  gente  y  si  creían  en  Jesús  o  en
                  Zoroastro. En algunos casos ese autor salva el problema no diciendo nada,

                  en otros se las arregla describiendo elementos más propios de Xena, la
                  princesa guerrera.

                      La  documentación  histórica  tiene  la  misma  importancia  que  los
                  antecedentes de los personajes en una novela. El autor debe tener buenos
                  conocimientos  sobre  esa  época,  aunque  algunos  de  esos  datos  no

                  aparezcan  directamente  en  la  novela.  De  lo  contrario  los  personajes  no
                  parecerán reales y el escenario tampoco.
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