Page 35 - COLOMBIA:
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cerca y para el que nadie parece tener soluciones; y hemos llegado al
extremo de que ver cosas alarmantes es pesimismo; el optimismo
consiste en decir por obligación que todo va bien e irá mejor, y mencionar
los males se ha vuelto más censurable que los males mismos.
Es urgente decirle adiós en Colombia al doble partido liberal
conservador, cuyas dos cabezas siempre están en desacuerdo en las
minucias mezquinas del reparto y siempre de acuerdo en la lógica
general de la ambición y del saqueo.
Después de haber arruinado al país, siguen barajando los nombres de
las mediocridades que nos gobernarán en el próximo siglo. No
construyeron una nación, una industria, una cultura, un arte, una ciencia,
una filosofía: hasta los bellos ejemplos de su arquitectura los demolieron
ellos mismos por codicia, para vender los lotes al mejor postor; gastaron
su momento histórico en simulacros estériles y despreciaron todo lo
grande que Colombia tenía para ofrecerle al mundo. Nos convirtieron en
un pobre país subalterno de ganapanes y de imitadores, pero algo
profundo y sagrado impidió que ese proceso fuera completo: tal vez este
territorio cuya riqueza natural sigue pasmando a los visitantes, esta
riqueza cultural criolla y auténtica que cada vez se hace más importante
y más vigorosa.
Debemos extraer nuestra poesía del futuro, pero sin olvidar que, como
dice García Márquez, y como pensaba Gaitán, uno no es de donde le
llegan las modas, sino de donde tiene sembradas las tumbas. Esas
generaciones colombianas que hicieron de éste un suelo mestizo y
mulato, un suelo criollo, donde debemos buscar nuestra manera de ser,
la cara de Colombia que el mundo aprenderá a respetar y a querer.
Pero ese país nuevo no es un mero sueño proyectado al inasible futuro
sino una realidad que se ha ido construyendo por años y años. Esa
Nueva República está viva en miles y miles de esfuerzos que interpretan
de otro modo el país, que abren canales de expresión para la inmensa
franja de colombianos excluidos por la miseria moral de las clases
dirigentes. Ninguno de los grandes sueños patrióticos, ninguno de los
componentes del presentido Proyecto Nacional podrá ser olvidado por el
país nuevo que nace sobre las ruinas del bipartidismo faccioso y de su
Estado delincuente.
Ahí están, vivas, 60 naciones indígenas con sus mitologías, sus
lenguas, sus filosofías trascendentales de respeto por la naturaleza y de
armonía con el universo natural, con sus músicas, sus danzas, sus
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