Page 104 - Fantasmas
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FANTASMAS
dores. Una tarde capturó moscas que revoloteaban alrededor
de una caca de perro solidificada y se las tragó todas juntas. De
nuevo, los gemidos de quienes se habían acercado a mirar lo
entusiasmaron. Pero tragarse moscas que venían de comer
mierda era distinto que comer hormigas rebozadas en miel. Lo
segundo resultaba asquerosamente divertido, lo primero era
patológicamente inquietante. Después de aquello empezaron
a llamarle comemierda y escarabajo pelotero, un día alguien le
metió una rata muerta en la lonchera y en clase de biología Huey
y sus amigos lo atacaron con salamandras a medio diseccio-
nar mientras el señor Krause estaba fuera del laboratorio.
Francis paseó la vista por el techo. Tiras de papel mata-
moscas curvadas por el calor se mecían en la brisa que genera-
ba un ventilador viejo y ruidoso en una esquina. Vivía solo con
su padre y la novia de éste en la trastienda de una gasolinera. Las
ventanas de su cuarto daban a un sumidero rebosante de basu-
ra y rodeado de arbustos y maleza, la parte trasera del verte-
dero municipal. Al otro lado del sumidero había una ligera pen-
diente y, más allá, las casas rojas donde algunas noches todavía
encendían La Bomba. La había visto una vez, a los ocho años:
cuando se despertó el viento golpeaba el muro trasero de la ga-
solinera y plantas rodadoras volaban por el aire. De pie sobre
su cama para poder mirar por la ventana situada a mayor altu-
ra, vio el sol saliendo por el oeste a las dos de la madrugada, una
bola gaseosa de luz de neón de color sangre que se elevaba de-
jando una fina estela de humo en el cielo. La miró hasta que el
dolor que sentía detrás de los ojos se hizo demasiado intenso.
Se preguntó si sería tarde. No tenía reloj, pues llegar a
tiempo a los sitios había dejado de preocuparlo. Sus profeso-
res rara vez se daban cuenta de si estaba o no en clase o de si
entraba por la puerta. Se concentró en escuchar algún ruido
procedente del mundo exterior y oyó la televisión, lo que que-
ría decir que Ella se había despertado. Ella era la corpulenta no-
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