Page 182 - Fantasmas
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FANTASMAS



           ello hasta más tarde.  La parte trasera  de la camioneta  estaba lle-
           na  de globos y en  cuanto  se  abrió  la puerta  salieron  todos  dis-
           parados...  hacia  la cara  del hombre  gordo, que  reaccionó  co-
           mo  si no  los hubiera visto en  su vida.  La bolsa que llevaba bajo
           el brazo  izquierdo  se  le cayó,  se  estrelló'contra  el' suelo  y se
           abrió.  Las naranjas  rodaron  en todas  direcciones y las gafas de
           sol del hombre  gordo se  le deslizaron  de la nariz.  Consiguió
           recuperar  el equilibrio y empezó a saltar de puntillas intentan-
           do coger  los globos, pero  era  demasiado  tarde  y éstos  se  ale-
           jaban ya por el aire.       E
                El hombre  gordo maldijo y les hizo  gestos  furiosos  con
           la mano.  Después  se  volvió,  bizqueó  en  dirección  al suelo  y
           se  arrodilló.  Dejó la otra  bolsa  en  la parte  de atrás  de la ca-
           mioneta  y empezó  a palpar el suelo  buscando  sus  gafas, con
           tan  mala suerte  que  aplastó con  la mano  un  huevo.  Hizo  una
           mueca  de desagrado  y agitó una  mano  llena  de salpicaduras
           de yema.
                Para entonces,  Finney ya trotaba por la carretera  tras  de-
           jar la botella  de refresco  en  la barandilla  de la entrada.
                —¿Le ayudo,  señor?
                El señor  gordo pareció  mirarlo  con  ojos llorosos  y sin
           comprender.
                —¿Ha visto  esa  mierda?
                Finney miró calle abajo. Los globos estaban ya a diez me-
           tros  del suelo  siguiendo  la línea continua  de la carretera.  Eran
           negros...  todos  ellos, tan  negros  como  el pelo de foca.
                —Sí,  sí. Yo...  —Su  voz  se  apagó  mientras  fruncía  el ce-
           ño viendo  elevarse  los globos en  el cielo  nublado.  Su visión  lo
           inquietó  ligeramente.  A nadie  le gustaban  los globos  negros;
           además,  ¿para  qué se  usaban?  ¿Para funerales  festivos?  Se los
           quedó mirando,  paralizado  por un  momento,  pensando  que
           parecían uvas  negras.  Se pasó la lengua por el interior  de la bo-
           ca  y por primera vez  reparó  en  que  los refrescos  que  tanto  le



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