Page 32 - Fantasmas
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FANTASMAS



                —En  la televisión,  con  el sonido  apagado.  Mientras  ha-
          blábamos  y Peter  agujereaba  a su  hermano.  En realidad  ése
          fue  el toque  final,  lo que  hacía  que  esa  situación  pareciera
          tan  irreal.  Estaban  emitiendo  las imágenes  de los cuerpos  de
          la gente aquella de la Guayana francesa,  después de beberse  el
          veneno.  Las  calles  cubiertas  de cadáveres  y los pájaros  ca-
          rroñeros...  ya sabe...  picoteíndolos.  —Noonan  tragó  saliva
          con  fuerza—.  Creo  que  era  un  video,  porque  daba  la impre-
          sión de que las imágenes  se  repetían,  y ellos las miraban...  co-
          mo  en  trance.
                Se hizo  un  nuevo  silencio  que  a Noonan  pareció  resul-
          tarle  incómodo.  «Estaría  investigando»,  pensaba  Carroll  de
           Kilrue  no  sin cierto  grado de aprobación.
                —¿No  le pareció  el cuento  un  ejemplo  notable  de bue-
          na  literatura  norteamericana?  —preguntó  Noonan.
                —Desde  luego.
                —No  sé qué opinará él de estar  en  su  antología, pero por
          mi parte  estoy  encantado.  Espero  no  haberlo  asustado  con
           esto  que le he contado.
                —Yo  no  me  asusto  fácilmente.


                Boyd,  del departamento  de jardinería,  tampoco  estaba
          seguro  de dónde  encontrar  a Kilrue.
                —Me  dijo que tenía un  hermano  que trabajaba  en  obras
          públicas  en  Poughkeepsie.  En Poughkeepsie  o en  Newburgh.
          Quería  conseguir  algo así.  En  esos  trabajos  se  gana  bastante
          dinero  y lo mejor es  que,  una  vez  que  entras,  no  te  pueden
          despedir,  aunque  seas  un  maniaco  homicida.
                La mención  de Poughkeepsie  despertó  el interés  de Ca-
          rroll, pues  a finales  de mes  se  celebraba  allí una  pequeña  con-
          vención  de literatura  fantástica  titulada  «Dark Wonder»,  «Dark
          Dreaming»,  «Dark  Masturbati»  o algo por el estilo.  Le habían
          invitado  a asistir  y había ignorado  las cartas,  ya nunca  acudía




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