Page 92 - Extraña simiente
P. 92

—Es que tengo que hacer una cosa.

                    Paul depositó suavemente el plato en el fregadero.
                    —¿Que tienes que hacer una cosa?
                    —Sí. Estoy preocupado…
                    —¿Por el señor Lumas?

                    —¿Cómo lo sabes?
                    —Lo sé.
                    —Ya —Paul hizo una pausa y se quedó pensando, de espaldas a ella—.
               No me apetece nada hacerlo, Rae. Daría lo que fuera para que lo hiciera otro,

               pero ¿a quién llamo? No hay nadie más aquí.
                    Rachel  no  dijo  nada;  ambos  sabían  que  sólo  a  diez  millas  de  distancia
               había una ciudad llena de gente.
                    —Entonces…

                    —Crees que está muerto, ¿verdad, Paul?
                    —¿Y tú, no?
                    —Bueno, hemos llegado a la conclusión de que sí, que está muerto.
                    —¿Y…?

                    —Y  supongo  que  nos  lo  creemos  —respondió  Rachel—.  Supongo  que
               tenemos que creerlo.
                    —¿Para la tranquilidad de nuestro espíritu, quieres decir?
                    —Sí. Eso quería decir.

                    —Olvídalo, Rachel, hay cosas más importantes.
                    —Ya lo sé, no hace falta que me lo recuerdes.
                    Y tras un silencio momentáneo, Paul dijo:
                    —Sí, tienes razón. Perdóname. Lo siento.

                    Rachel no dijo nada.
                    —De todas formas, no lo traeré hasta aquí, si te molesta —dijo Paul.
                    —¡Dios mío, Paul!
                    —Lo…, lo enterraré allí mismo. Creo que le hubiera gustado, ¿no crees?

               —Se hizo un silencio—. Nadie sabrá nada excepto nosotros, querida. Me dijo
               que  no  tenía  familia.  Si  declaramos  su  muerte,  pues  ya  sabes…  —Paul  no
               supo terminar la frase.
                    —Sí, ¿qué pasaría?

                    —Pues se complicarían las cosas. ¿No lo crees tú así?
                    —Sí, tienes razón.
                    —Entonces…
                    —Estaré bien, no te preocupes.

                    —¿Estás segura?




                                                       Página 92
   87   88   89   90   91   92   93   94   95   96   97