Page 35 - historia de españa
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mortalidad por la inexistencia de epidemias de peste, la escasa incidencia de las guerras, que con
            excepción de la de Sucesión, se desarrollaron en el exterior y la importación de trigo de otras zonas

            de la cuenca mediterránea que atenuaron las hambrunas.

                   La agricultura: Fue durante el siglo XVIII la base de la economía española. Apenas hubo

            modernización y si aumentó la producción fue porque se pusieron más tierras en cultivo, sin
            embargo se mantenían unas estructuras de propiedad de tipo feudal y los rendimientos agrícolas

            seguían siendo muy bajos. En cuanto a la propiedad, gran parte de las tierras cultivables estaba en

            manos de la nobleza y de la Iglesia y se les denomina “manos muertas”, porque no se podían

            vender ni repartir y además los grandes propietarios mantenían ciertos derechos señoriales de
            origen feudal sobre las tierras de los campesinos. Esta situación explica que los ilustrados se

            plantearan la necesidad de una reforma agraria a la que se opondría la nobleza y el clero.

                   Para conseguir estos objetivos se propusieron varias medidas, aunque no todas se llevaron

            a la práctica, es especial la modificación de la estructura de la propiedad. Esta medida se sugirió,
            pero no se abordó. Solo se hicieron repartos de las tierras que pertenecían a los concejos y

            estaban sin cultivar. Sin embargo, estas propiedades acabaron en manos de las oligarquías locales,

            ya que los campesinos que carecían de capital no podían explotarlas. No obstante se promovió el

            desarrollo agrícola con otras medidas como el libre comercio de cereales.
                   Hasta   1765,  el   Estado   controlaba   los  precios   de   estos   productos   mediante  tasas.  La

            liberalización del mercado provocó fuertes subidas de precios, que estuvieron en la raíz de los

            motines de 1766. Como esta medida no iba acompañada de cambios en la propiedad, los

            campesinos no se beneficiaban y solo lo hacían los propietarios: la nobleza y el clero; en 1804 la
            libertad de precios fue suprimida.

                   Limitación de los intereses ganaderos de la Mesta: Inmensos rebaños de ovejas recorrían la

            Península alimentándose de pastos emplazados a lo largo y ancho de la Meseta. Los propietarios

            de estos ganados, miembros de la Mesta, tenían derecho de preferencia en el arrendamiento de
            tierras para pastos, que podían prorrogar indefinidamente. El alza de los precios de los cereales y

            el creciente valor de la tierra destinada a la agricultura, incitaron a los propietarios de las tierras

            arrendadas por la Mesta a luchar por recuperar la libertad de uso.
                   También la Mesta se vio afectada por las medidas liberalizadoras, ya que al incrementarse

            el precio del cereal, los propietarios prefirieron invertir en cultivos y no en ganado. Colonización de

            tierras despobladas En 1767, bajo la supervisión de Pablo de Olavide, se puso en marcha un plan
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