Page 199 - Encuentra tu persona vitamina
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4. PRESTA ATENCIÓN A LOS DETALLES


                   Como  hemos  visto,  el  amor  se  nutre  de  detalles.  Demuestra  tu  cariño  y
                afecto a través de mensajes, caricias, mimos, delicadeza y abrazos. El amor
                tiene  un  sinfín  de  formas  para  manifestar  lo  que  sentimos.  Un  detalle
                culinario, unas flores, una nota en la cama, un emoticono, una sorpresa, un

                rato  de  calma  y  paz  juntos  en  un  lugar  inesperado,  una  conversación
                agradable… son alimento para la relación.








                      El que no sabe expresar afecto puede llegar a tener un problema para

                   mantener la relación. Si notas que es algo que no te gusta o te cuesta, pide
                  ayuda, lee al respecto o habla con alguien cercano. Seguro que poco a poco
                                              puedes vencer esa barrera.







                                              LA TEMIDA RUPTURA



                   ¿Y si la relación se acaba? ¿Qué ocurre en el cerebro? Lo primero que
                sucede es que se produce un gran dolor, una herida se abre y se sufre mucho.
                Al poco tiempo uno se rebela y busca activar de nuevo mecanismos para la
                reconquista,  ¡la  seducción  por  ejemplo!  Si  no  funciona,  puede  surgir  el
                sentimiento de rabia asociado con la obsesión por el otro. Después de unas

                semanas  desaparece  la  esperanza  de  volver  con  la  pareja.  Y  tras  haber
                luchado incluso meses —estado de alerta mantenido—, uno cae en un estado
                de tristeza o apatía cuando por fin asimila que no va a volver con el otro.
                   Si  la  persona  estaba  en  tus  planes  de  futuro  —soñabas  con  crear  una

                familia, con tener hijos y envejecer juntos—, el desconsuelo puede resultar
                insoportable porque la mente se ve afectada. Cualquiera que haya sufrido un
                episodio de desamor sabe a qué me refiero.
                   «Tenemos que hablar». Estoy segura de que con solo escuchar esta frase se
                genera un pico de cortisol. Esa cascada de hormonas que estaban en pleno

                funcionamiento —dopamina, serotonina y oxitocina— sufre un desequilibrio
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