Page 200 - Encuentra tu persona vitamina
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y las consecuencias son claras: uno no puede dejar de pensar en el ser amado
perdido con angustia y desolación, y si la pena es demasiado intensa, puede
emerger la culpa, tan dañina en esos momentos.
Tanto la dopamina como el núcleo accumbens son zonas responsables de
las adicciones. Si unimos esto al pico de cortisol por la pena y la angustia
que sentimos, tenemos un estado de enorme desesperación.
Al ser el amor un proceso bioquímicamente muy similar a un proceso
adictivo, lo que sucede al desaparecer esa persona de tu vida es que
cualquier cosa nos evoca a esa persona. ¿Solución? Hay que alejarse de
aquello que nos recuerda al objeto deseado. El alcohólico o el drogadicto
deben evitar el contacto y la presencia de aquello que les incentiva a volver a
consumir.
Rehúye tú también de todo lo que te recuerde a tu ex: elimina su contacto,
deja de seguirle en Instagram —y a sus amigos más cercanos—, no preguntes
a tu gente sobre él/ella. Todos sabemos que cuando algo nos interesa,
sacamos al estratega y al espía que llevamos dentro hasta que conseguimos
unas migajas de información sobre la otra persona.
Por supuesto, haz ejercicio, ya que hará que baje el cortisol y disminuyan
las obsesiones generadas en tu cabeza, rodéate de personas vitamina —¡que
incrementan tu oxitocina!— que te abracen y te hagan sentirte querido y
realiza actividades para generar endorfinas.
Si no cortas definitivamente con esa persona,
tu corazón y tu mente no podrán seguir hacia adelante.
La gran noticia es que se sale de las rupturas. Estamos diseñados para
querer, y cuando hemos sido rechazados o engañados, la mente y el corazón
sufren una fase de gran revolución hormonal y física que con el tiempo
regresa a la normalidad. El corazón anhelará volver a querer y ser querido y
deseado por otra persona.