Page 238 - Encuentra tu persona vitamina
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mientras estaba inmerso en una potente lucha por conservar a su esposa— a
un amigo del trabajo que se había casado tres veces y cuyo «consejo» fue:
—¡Déjate llevar, mis etapas entre una mujer y otra han sido las más
divertidas!
Si lo que buscas es reconciliarte y rehacer lo herido, habla con amigos que
sepas que han pasado por situaciones similares y las han superado. Ellos te
hablarán desde el cariño y la experiencia.
Existe una situación bastante frecuente que consiste en cogerle manía a la
otra parte. Puede sucederte una vez cada diez años, o una vez al año, o una
vez al mes. Son esos momentos donde comportamientos habituales del otro, a
los que estás acostumbrado, te generan, sin embargo, una reacción fuerte y
perjudicial. De pronto todo lo que hace esa persona te altera: cómo habla,
cómo trata a los demás, cómo viste, cómo ronca o cómo come. Aspectos y
comportamientos a los que antes eras invulnerable de repente te afectan. Las
causas son diversas: una fase de intoxicación de cortisol —todo te altera más
—, las hormonas en la mujer —que generan mayor sensibilidad al entorno—,
la aparición de la enfermedad en la familia, problemas económicos o el
propio agotamiento por noches sin descansar bien.
A veces la persona que tienes delante cambia. ¡Hay cientos de
posibilidades! Puede ser por algo negativo como que haya perdido el trabajo,
que se haya juntado con compañías indeseables o que se haya fijado en otra
persona o que haya caído en una adicción. Cada cierto tiempo es sano un stop
and think, un momento de reflexión donde la pareja hace un pequeño análisis
de cómo va la relación. Lo he apuntado en alguna ocasión, pero muchas crisis
son oportunidades de crecimiento y de salir fortalecidos.
Otras veces esas crisis tristemente son tan perniciosas que la solución
parte por distanciarse temporalmente o separarse para siempre.