Page 65 - Encuentra tu persona vitamina
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que  eso  le  genera.  No  conozco  a  nadie  que  haya  realizado  un  intento
                autolítico que no expresara el sentimiento de soledad.

                   Hubo  un  hecho  que  me  hizo  reflexionar  sobre  esta  cuestión.  Hace  unos
                cuatro  años  realicé  un  viaje  a  Colombia  en  el  que  impartí  varias
                conferencias  a  profesores,  padres  de  alumnos  de  varios  colegios  y
                estudiantes. Pedí a los jóvenes que durante la sesión escribieran en un papel

                sugerencias sobre algún asunto que les interesara en particular. Al terminar
                la  charla,  recogí  los  papeles  y  leí  por  encima  las  primeras  frases.  Por  la
                noche, ya en el hotel, leí cada nota una por una, y más de la mitad trataba
                sobre el sentimiento de soledad —«me siento solo», «cómo combatir sentir

                que  no  formas  parte  de  ningún  grupo»,  «mi  vía  de  escape  son  las  redes
                sociales, tengo varios perfiles para paliar la sensación de soledad», «nadie
                me quiere de verdad», «no me siento comprendido»—. Fui consciente en ese
                momento  de  que  este  podría  ser  el  tema  de  un  eventual  segundo  libro:

                encontrar  maneras  de  paliar  el  vacío  social,  sanar  las  heridas  que  nos
                impiden  conectar  de  forma  sana  con  los  demás  y  encontrar  esas  personas
                vitamina  que  llenan  el  alma  y  hacen  que  nos  sintamos  acompañados.  Y
                terminé de confirmarlo al leer una última nota: «¿Por qué a veces noto el

                dolor de la soledad con la misma intensidad que si fuera un dolor físico?».




                                        ¿QUÉ ES EL DOLOR SOCIAL ?



                   ¿A quién no le ha molestado que un grupo de amigos orga nizara una cena y
                no ser invitado? ¿Quién no ha sufrido al ser humillado o rechazado? ¿Qué
                sucede en el cerebro cuando nos sentimos excluidos? Quiero transmitirte una

                idea importante: el dolor social y el dolor físico duelen de la misma manera.
                Cuando  uno  sufre  un  dolor  físico  se  activa  el  circuito  cingulado  anterior,
                mismo lugar que cuando uno se siente humillado, rechazado o no querido.
                Ambos  dolores  son  causa  de  estrés  porque  aparte  de  activar  el  circuito
                cingulado, se segrega cortisol.

                   En terapia suelo indagar sobre etapas traumáticas de la infancia y de la
                juventud, y uno de los puntos en los que insisto es saber si el paciente se ha
                sentido  apartado  en  algún  momento.  Trabajando  desde  esas  emociones

                dolorosas, intento reparar el daño para mitigar las consecuencias que esto
                tiene en la edad adulta.
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