Page 61 - Encuentra tu persona vitamina
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familia o una persona consiga una mascota a la que cuidar y con la que pueda
establecer un vínculo afectivo.
ME GUSTAN LOS ABRAZOS
Los abrazos forman parte de la infancia y de la relación entre padres e
hijos. Acariciar y tocar de manera cariñosa a un hijo es importante. Cuando
se caen, se hacen daño o llegan tristes a casa, el hecho de recibir un abrazo
resulta un bálsamo para ellos. Tras hacerse una herida, piden un beso, y
parece que tiene un efecto curativo, ¡estoy segura de que la oxitocina está
trabajando en esos instantes! Cogerles no solo les alivia, sino que es un
analgésico que potencia el sistema inmune.
El abrazo ayuda porque existe un mensaje implícito en el que subyace un
«no te juzgo», «te comprendo», «te quiero como eres», «te he echado de
menos»…
Ser capaz de expresar afecto a través del cuerpo y de los abrazos ayuda a
mejorar la comunicación. Los niños requieren que los achuchemos y les
demos besos, y sabemos que eso mejora su autoestima y su gestión
emocional.
La piel recuerda. Al igual que un niño que ha recibido azotes, palizas o
algún abuso lo guarda en su memoria celular, el que ha recibido amor físico
y emocional tiene una buena reserva de afecto para hacer frente al futuro.
Eso influirá también de forma importante en su mundo sexual y afectivo.
Pero esto no sucede solo en los niños; nuestros padres, cuando se van
haciendo mayores, a veces pierden facultades físicas y psicológicas que les
generan, en ocasiones, tristeza y angustia. Se sienten solos y aislados, y un
método fácil que les alivia es cogerles de las manos, abrazarlos o darles un
beso.
Los ancianos que no reciben contacto físico inundan su mente y su cuerpo
de tristeza y falta de ilusión. No debemos olvidar que muchas personas,
cuando cumplen años, se sienten aisladas y desconectadas del mundo. Esos
segundos de abrazo, tras un tiempo sin verse, demuestran un afecto que
pueden resultar un bálsamo para ellos.
Hay estudios que sugieren que en las parejas que se demuestran poco
afecto, la alexitimia —la incapacidad de demostrar física y verbalmente