Page 136 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
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sentirse atraída o tener sentimientos por otras, siempre que ponga los
límites necesarios y no haga nada que viole los acuerdos de pareja.
Con esta nueva idea de fidelidad quedaría claro que César no ha
cometido ninguna infidelidad y que lo único de lo que es culpable es de
ser un ser humano que siente.
Autocrítica destructiva
El 90 % de mi trabajo se resume en que os puto aceptéis de
una vez.
La culpa de César le lleva a maltratarse por lo que hemos explicado
antes y él no se da cuenta de que está tirando más leña a un fuego que
necesita apagar. Hemos de hacerle ver que para ser de nuevo un ser
humano funcional tiene que dejar de tratarse como una mierda. Aquí es
importante que comprenda que es un ser humano y que a los seres
humanos les pasan cosas y reaccionan a ellas lo mejor que pueden con
las herramientas que tienen en ese momento.
Llegados a este punto le quedan dos caminos: soltar el pasado o
seguir amargándose la vida.
César debe comprender que tiene treinta y siete años y que le quedan
unos cuarenta y cinco por delante en los cuales probablemente la siga
cagando monumentalmente —tiempo al tiempo—. No tiene sentido darle
tanto poder a algo que ya no puede cambiar; la vida sigue y se vive
mejor cuando estamos en paz con nosotros mismos y nuestro pasado.
En este punto reforzaríamos la autoestima de César enseñándole a
hablarse como le hablaría a un buen amigo, a corregirse si se autocrítica
y a realizar acciones de autocuidado.