Page 52 - Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mí?
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4. Si has respondido a cuatro o más que sí, llevas de pena poner límites.
Ejercicio 3.
Porque yo lo valgo
Este ejercicio consiste en escribir mensajes empoderadores en pósits
—o en cualquier papel— y colocarlos por las paredes de tu casa, en tu
nevera o en los muebles para ir leyéndolos y que te vayan ayudando
poco a poco a cambiar tus creencias.
Ejemplos de mensajes empoderadores:
Estoy hasta los huevos/el coño de vivir para los ¡Me merezco de una vez hacer lo que me dé
demás. A partir de hoy voy a vivir para mí. la gana!
Decir no = amor propio. No soy el elfo doméstico de nadie.
Si alguien se enfada conmigo porque no quiero El resto de seres humanos no son mi
hacer algo, que le den. responsabilidad, se pueden cuidar solos.
Soy un ser humano y tengo los mismos derechos Mandar a cagar a más de uno también se
que cualquier otro. puede considerar un acto de amor propio.
Ahora crea tus propios mensajes empoderadores: rellena los pósits y
pégalos por las paredes de tu casa. Si te gustan los ejemplos anteriores,
puedes utilizarlos también; lo importante es que te los creas y que al
leerlos te dé subidón.
Cuando ya los hayas asimilado, puedes cambiarlos por otros que
también te hagan sentir bien al leerlos.