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          ése es el primer y mejor paso. No siempre la editorial
          con la que uno sueña es el lugar apropiado para el pro-
          pio libro. Y está bien que así sea.
             4. Imaginar cuáles son los potenciales lectores del
          libro y ver qué editor puede tender puentes hacia esos
          grupos.
             5. Llamar a la editorial en la que se está interesa-
          do y consultar sobre pautas de entrega, modalidad y        MARCELO PANOZZO
          tiempos de espera.
             6. Trate, en lo posible, de que su libro tenga otras
          lecturas antes de enviarlas a una editorial: docentes,   1. Que sepa abrir la puerta para ir a escribir. Pa-
          talleristas, periodistas, agentes pueden ayudar y acon-  rece de Perogrullo y se puede discutir qué significa
          sejar.                                          “saber escribir”. Pero también es posible descender a
                                                          los abismos de séptimo grado o como se llame ahora y
                                                          decir que se ven muy seguido originales que definiti-
             1. Nunca enviar un manuscrito a una editorial si   vamente son sub-eso.
          no fue solicitado o acordada su entrega. Enviar “de   2. Que el autor esté interesado de algún modo en
          prepo” no es un modo muy amable de iniciar una re-  lo que está haciendo. Si no es por galán, que sea por la
          lación.                                         billetera, pero un poco de compromiso con lo que se
             2. Evite enviar a una segunda editorial el mismo   escribe, por el motivo que sea, es una buena base. Se
          original ya rechazado por otras editoriales y que con-  pone un poco anti-Quiroga la cosa en ese punto.
          serva la carta de intención dirigidas a un editor con   3. Pero enseguida viene el momento pro-Quiroga:
          nombre y apellido.                              la personalidad del escritor como proceso derivado de
             3. No desesperarse frente a un rechazo o varios.   “una larga paciencia”.
          Hay muchas editoriales en la Argentina y en el mun-  4.  Hacerle  caso  a  las  taras;  pulirlas  en  lugar  de
          do. Hay muchos modos de publicar un texto: no hay   desterrarlas. O de tanto en tanto jugar con ellas a las
          uno solo; hay, literalmente, diversos modos de publi-  escondidas.
          car (web, blog, plaquettes, autoediciones, libros pe-  5. Recién después de observar paradas en los “sí”
          queños, grandes, ebooks, fotocopias…)           anteriores, entregarse a la idea de terminar el libro
             4. No siempre es bueno ser ganado por la ansie-  como éxito último, y que todo lo que venga después
          dad y mandar borradores inconclusos que puedan ser   sea como sacarse el Loto.
          rechazados y ante los cuales puede no haber una se-
          gunda oportunidad.
             5. No bombardee con mails las casillas de los edi-  1. Ser orgullosamente ignorante.
          tores. El promedio de mails que se reciben diariamente
          es altísimo y no ayuda a predisponerse correctamente.   2. No haber leído La dama de blanco.
                                                              3. No haber leído.
                                                              4. Parapetarse detrás de un agente.
                                                              5. El decálogo de Monterroso.
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