Page 58 - libro Antología cuentos 2020 La Balandra.indd
P. 58
abandonada en los noventa. En el auto no se habló una sola palabra hasta
que llegamos y papá me dijo que limpiara y guardara las herramientas. Él
se encargó de la ropa, la lavó y la puso a secar con otra ropa ya colgada;
intentaba diluir los elementos del crimen entre los elementos comunes,
habituales.
Cuando terminamos, ninguno de los dos tenía sueño. Todavía está-
bamos pasados de adrenalina y teníamos mucho en qué pensar. En rea-
lidad, el viejo ya lo había pensado todo. Prendió la radio, y mientras le
clavaba la bombilla al mate, escuchamos la noticia en el programa local.
A pesar de que sabía que ese momento llegaría, las palabras sueltas me
pegaron como disparos y las sentí en el cuerpo una tras otra; banco, bóve-
da, boquete, robo, policía. Papá me pasó un mate, tranquilo.
—Lo vamos a tener que hacer cagar a Ramírez, che —me dijo. Y
ese es el principio de esta historia. Al menos el mío.
60