Page 78 - libro Antología cuentos 2020 La Balandra.indd
P. 78

hombre seguía semisentado contra el respaldar de la cama, la bata abierta

              y los brazos flojos al costado del cuerpo.

                    —Durmamos un rato más —la voz de la mujer llegó suave, acom-

              pañada de una breve caricia sobre la mano, un roce—. Es sábado y tene-

              mos mucho trabajo en el jardín. Además, date cuenta, no somos los únicos

              vecinos. Si hubiese pasado algo, como vos decís, en ese terreno hay tres

              casas.

                    Él asintió con un gesto y comenzó a deslizarse hacia abajo. Su mu-

              jer seguía hablando en susurros, le repetía que había más vecinos; “otros”,

              decía; “jóvenes”, decía. Al fin la cabeza del hombre se apoyó en la almo-

              hada. Pensó en los bulbos de azucenas que colocarían esa tarde. Los había

              comprado todos de flores blancas y estaba seguro de que bajo el claroscu-

              ro del cedro crecerían pronto.






























              80
   73   74   75   76   77   78   79   80   81   82   83