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Historia social de la literatura y el arte
Los personajes mal delimitados traían consigo oscuros con
flictos, situaciones en las que ni los personajes enfrentados ni los
problemas vitales en cuestión quedaban bastante claros. Esta falta
de claridad estaba condicionada sobre todo por la conciliatoria
moral burguesa, psicológicamente comprensiva, que por encima
de todo buscaba circunstancias aclaratorias y atenuantes y mante
nía el punto de vista del «Todo comprendido, todo perdonado».
En el viejo drama dominaba una medida uniforme de valores
morales que reconocían también los malvados y los canallas 94; pero
ahora que ha surgido un relativismo ético con la revolución social,
el dramaturgo dudaba a menudo entre dos ideologías morales, y
dejaba sin resolver el auténtico problema, como, por ejemplo,
Goethe, el conflicto entre Tasso y Antonio. La discutibilidad de los
motivos y disculpas debilitaba la inevitabilidad del conflicto dra
mático, pero fortalecía la vivacidad dialéctica, de manera que no se
puede mantener en modo alguno que el relativismo ético del
drama burgués ha tenido solamente una influencia destructora en
las formas dramáticas. La nueva moral burguesa no fue menos fér
til dramáticamente que la moral feudal aristocrática de la antigua
tragedia. Ésta no conocía otros deberes que los de la lealtad al señor
feudal y al honor, y ofrecía el espectáculo imponente de conflictos
en los que poderosos y violentos personajes se enfurecían consigo
mismos y con otros. El drama burgués descubre por su parte los
deberes para con la sociedad 95, y describe la lucha por la libertad
y la justicia de hombres que están exteriormente más sujetos, pero
que, sin embargo, son internamente libres y animosos; una lu
cha que es tal vez menos teatral, pero que, no obstante, en sí no es
menos dramática de lo que lo era la lucha sangrienta de la tragedia
heroica. El resultado de la lucha, sin embargo, no tiene aquí el
mismo grado de inevitabilidad que allí, donde la moral simple de
la fidelidad feudal y de la caballerosidad heroica no dejaban salida
alguna, ni compromiso, ni posibilidad de nadar entre dos aguas.
Nada caracteriza mejor la nueva actitud moral que las palabras de
^ Georg Lukács, Zur Soziologie des mod. Dramas, en «Archiv für Sozialwiss. u. So-
zialpolitik», 1914, val. 38, págs. 330 sig.
95 Archur Elóssec, op. cit., 13; Paul Ernsc, Ein Credo, 1912, págs. 102 sig.
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