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Naturalismo e impresionismo








                que parece asegurado después de la Monarquía de Julio.  El último


                paso para la emancipación de la clase cultural frente a las ciases do­


                minantes, y el primero hacia la creación de la «intelectualidad»  en


                sentido estricto,  lo da el fin de la era revolucionaria hacia la mitad



                de siglo. La intelectualidad se formó de la clase burguesa y tiene su


                precursora en aquella vanguardia de  la  burguesía  que  está junto a


                la cuna de la Revolución francesa. Su idea cultural es ilustrada y li­



                beral;  su  ideal  de  humanidad  se  orienta  hacia  el  concepto  de  una


                personalidad libre, progresiva y desligada de tradiciones y conven­


                cionalismos.  Cuando  la  burguesía aleja de sí a la intelectualidad y


                ésta  se  independiza  de  la ciase  de  la  que  ha salido y  a  la  que  está



                atada por incontables vínculos,  tiene lugar propiamente un proce­


                so innatural y absurdo. La emancipación de la intelectualidad pue­


                de  ser considerada como  una fase  de  especulación general, esto es,



                como una parte de aquel proceso de abstracción que desde la revo­


                lución  industrial  suprime las  conexiones  «orgánicas»  entre  los di­


                versos estratos sociales, profesiones y campos culturales, pero tam­


                bién  puede  ser  explicada  como  una  reacción  precisamente  contra



                esta  especializadón,  es  decir  como  un  intento  de  realizar  el  ideal


                del hombre total, polifacético, integrador de todos los valores de la


                cultura.  La  aparente  independencia  de  la  intelectualidad  frente  a



                la burguesía, y con ella de toda vinculación social, corresponde a ia ilu­


                sión de  un espíritu aílende las clases que existe tanto entre la bur­


                guesía como  en  la  intelectualidad.  Los  intelectuales quieren  creer


                en  el  vaior  absoluto  de  la  verdad  y  de  la  belleza  porque  con  ello



                aparecen  como  representantes  de  una  realidad  «más  elevada»  y


                compensan así su falta de influencia en la sociedad;  la burguesía, a


                su  vez,  admite  esta  pretensión  de  la  intelectualidad  de  tener  un



                puesto  entre  las  clases  y por  encima  de  ellas .porque  con  ello  cree


                ver demostrada la existencia de valores generales humanos y la po­


                sibilidad  de  superar  las  antítesis entre  las  clases.  La ciencia por la


                ciencia o  la verdad por  la verdad  es,  lo  mismo  que  «el  arte por el



                arte»,  sólo  un  producto  del  alejamiento  entre  la  intelectualidad


                y la práctica.  El  idealismo en ello contenido le cuesta a la burgue­


                sía la superación de su odio contra el espíritu, y la intelectualidad,



                por su parte,  expresa con ello ante todo sus celos contra la podero­






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