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Historia social de la literatura y el arte
sa burguesía. El resentimiento de los estratos cultos contra sus pa
tronos no es nuevo; ya ios humanistas luchaban con él y creaban así
los conocidos síntomas neuróticos de su sentimiento de inferiori
dad. Pero ¿cómo una clase que se imaginaba en posesión de la ver
dad no había de sentir celos, envidia y odio contra la cíase que se
hallaba en posesión de todo el poder económico y político? En la
Edad Media disponía el clero de todos los medios de poder que tie
ne la «verdad», pero también en parte de los medios de la fuerza
económica y política. Gracias a esta coincidencia, los fenómenos
patológicos que tuvo por consecuencia la ulterior distribución de
estas esferas de poder eran todavía desconocidos.
La intelectualidad moderna se recluta, a diferencia del clero
medieval, de entre clases distintas en cuanto a fortuna y profesión,
y representa los intereses y puntos de vista de estratos diversos,
muchas veces antagonistas. Esta heterogeneidad refuerza en ella el
sentimiento de que está por encima de las antítesis clasistas y de
que representa la conciencia viva de la sociedad. Como consecuen
cia de su origen mixto siente los límites de las diversas ideologías
y culturas más marcados por de pronto que los estratos culturales
del pasado, y acentúa el tono de crítica social, a la que ya desde an
tes, aun como aliada de la burguesía, se sentía llamada. Su misión
consistía desde el principio en hacer conscientes las premisas de los
valores culturales; formulaba las ideas que estaban en el fondo de
la mentalidad burguesa; realizaba la unidad de los principios que
formaban el contenido del sentido burgués de la vida; en un mun
do práctico, desempeñaba el papel del pensamiento contemplati
vo, de la introversión y la sublimación; era, en una palabra, el re
sonador de la ideología burguesa. Pero ahora, después de que los
vínculos entre ella y la burguesía se han aflojado, la censura, anta
ño autorrefrenada, de la clase dominante, se transforma en crítica
destructiva, y el principio de dinámica y de renovación, en princi
pio de anarquía. El estrato cultural todavía unido a la burguesía fue
el que preparó reformas; la intelectualidad separada de la burguesía
se convirtió en un elemento subversivo y de destrucción. Hasta
1848 es la intelectualidad todavía la vanguardia intelectual de la
burguesía; después de 1848 se vuelve, consciente o inconsciente
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