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Historia social de la literatura y el arce
res en la escena había sido considerada molesta ya con anterioridad,
pero Diderot quiere ahora que la obra se represente como si no
hubiera delante absolutamente ningún público. Con esto comien
za realmente el ilusionismo completo en el teatro, el desplaza
miento de los convencionalismos y el encubrimiento de la natura
leza ficticia de la representación.
La tragedia clásica ve al hombre aislado y lo presenta como
una entidad espiritual independiente y autónoma que está en con
tacto exclusivamente externo con la realidad material, la cual no le
influye en lo íntimo. El drama burgués, por el contrario, lo conci
be como parte y función de su ambiente y lo describe como un ser
que en vez de dominar la realidad concreta, como ocurría en la tra
gedia, está dominado y absorbido por esta realidad. El medio
ambiente cesa de ser mero fondo y marco y adquiere una partici
pación activa en la conformación del destino humano. Los límites
entre mundo interno y externo, espíritu y materia, se hacen borro
sos y se desdibujan gradualmente, de manera que al fin toda ac
ción, toda determinación, todo sentimiento contienen algo extra
ño, externo, material, algo que no tiene su origen en el sujeto y que
hace aparecer al hombre como producto de una realidad sin alma
ni intelecto. Sólo una sociedad que ha perdido la fe tanto en la
necesidad y en la ordenación divina de las diferencias sociales como
en su relación con las virtudes y los méritos personales, una so
ciedad que vive el auge diariamente creciente del poder del dinero
y no ve otra cosa en torno a sí sino que ios hombres se vuelven lo
que las circunstancias los hacen, pero que afirma esta dinámica
social porque le debe su encumbramiento o lo espera de ella, sola
mente una sociedad semejante podía reducir el drama a las catego
rías de espacio y tiempo reales, y tomar los personajes de su entor
no material.
Cuán fuertemente estaban condicionados este materialismo y
ese naturalismo por los factores sociales lo muestra de la manera
más sorprendente la doctrina de Diderot sobre los caracteres del
drama, es decir la teoría de que la posición social de los personajes
deba poseer un grado de realismo y relieve más alto que sus há
bitos personales y espirituales, y que la cuestión de que uno sea
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