Page 80 - Los caminos de Virginia
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amazónicos supo vivir en la selva sin arrasarla; tenemos el deber de escuchar sus sabidurías
y de hacer de esos sabios poseedores de intuiciones y visiones milenarias valiosos consejeros
del porvenir”. (2000, 326) Se podría objetar que ¿Con quién habla Virginia…? hace
referencia en su gran mayoría a personalidades de Occidente y que por lo tanto es una obra
eurocentrista. A esto respondería Ospina, tal como lo desarrolla en “El país del futuro”,
apelando al argumento de Jorge Luis Borges que afirmaba que los judíos han podido ser
creadores de la cultura europea por participar de forma marginal y no central de ella. Así
mismo los irlandeses con respecto a la literatura inglesa. De la misma manera sucede con
América, que tiene el privilegio de poder participar en las dos orillas y así poder de alguna
forma, sentirnos lo suficientemente europeos para recibir su influencia y participar de su
esquema mental. Pablo Neruda, en su poema titulado “Palabras a Europa” publicado en su
poemario Las uvas del viento (1952), invita a los europeos que le enseñen porqué “para qué
se hicieron/ el mar y los caminos,/ sino para ir mirando y aprendiendo/ de todos los seres
un poco”, y precisa que no quiere que le muestren “la guadaña enemiga/ ni el escuadrón
blindado,/ ni las antiguas horcas para el nuevo ateniense,/ en las anchas vías gastadas/ por el
resplandor de las uvas” (340-341), es decir, la postura ha de ser de acoger lo positivo y
rechazar lo negativo que Europa pueda aportar. Al dialogar con nuestro pasado surgirá
asimismo la esencia del hombre americano, ese hombre distinto al europeo que si bien lo
respeta no ha de temerle ni rendirle excesivas reverencias.
Por el otro lado, es posible que el hijo de Dagui, luego de ese inesperado movimiento en el
vientre de su madre sea el hombre que no aprendió y que cometió los errores del pasado. Si
es así, entonces inevitablemente reescribirá la misma historia, repetirá los mismos actos
decadentes, enfrentará las mismas guerras sin sentido, será igual de soberbio. Estará atado
al ciclo de nacimientos y muertes, de crepúsculos y auroras hasta el infinito tal como
expresa el Svetasvatara Upanishad: "Dando vueltas en el movimiento incesante de la Vida,
los seres viven y mueren. Y allí el ser individual vaga como cisne aturdido, mientras se cree
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