Page 75 - Los caminos de Virginia
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Hasta acá se ha trazado el camino crepuscular de la modernidad, desde la muerte de
Nietzsche, pasando por las guerras mundiales, la aceleración del mejoramiento de la técnica
y la ciencia, hasta finalizar en la consecuente destrucción del presente. El último grupo de
poemas de ¿Con quién habla Virginia…? se refiere a una nueva aurora, a un nuevo
comienzo, abriendo de esta manera una nueva yuga o edad.
Lo que se hará a continuación es contrastar dos visiones sobre el futuro lejano. Por un lado
el retratado en la literatura de ciencia ficción, y por el otro el futuro original. Esto se hará a
partir de dos poemas “Peter Endless: autor de ciencia ficción” y “Una mañana de miel”.
Peter Endless es un escritor que envía sus cuentos a un concurso de ciencia ficción. El
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primero de sus cuentos relataba la historia de un niño que cazaba dinosaurios en el sótano
de su vecino; en su segundo cuento imagina religiones del futuro. Sus dos relatos son
rechazados. La razón de tal rechazo, es que los jurados no ven en ellos imágenes del futuro,
sino de un pasado remoto. Incluso el narrador cuenta cómo en un encuentro con Asimov
en Manhattan, éste le responde luego de leer una de sus novelas: “Amablemente me dijo
que había leído mi novela, y que no era una obra sobre el futuro sino sobre el paleolítico,/
aunque conmovedora y sincera en su vistosa ingenuidad” (2010, 306). Ahora bien, tanto
Asimov como los jueces que rechazan los relatos de Endless, tienen una perspectiva sobre el
futuro de una forma particular que Ospina desarrolla en “Lo que nos deja el siglo XX”.
Según Ospina, el proceso de la revolución tecnológica generó la literatura de ciencia ficción,
que en principio aparecía como relatos optimistas, pero que rápidamente se convertiría en
pesadillas futuristas. Aquella literatura mostraba cómo la máquina, creación del hombre, se
rebelaba contra él mismo. Así, Ospina recuerda a Orwell quien proyectó un mundo en el
cual el hombre se sometía a la tiranía de los dogmas y la técnica, a Pohl y Kornbluth que
4 4 El personaje es ficticio. Su apellido en castellano es “Infinito”, quizá haciendo referencia al tiempo cíclico
infinito de las religiones primeras. Recuérdese igualmente a Tagore y el nombre con el que bautiza al
hombre que se hace uno con la naturaleza: “El hombre infinito”.
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