Page 74 - Los caminos de Virginia
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consiste en una revelación sobrenatural. Spinoza equipara el término “profecía” con el
conocimiento natural, “porque todas las cosas que sabemos por la luz natural dependen
completamente del conocimiento de Dios y de sus eternos decretos; más como ese
conocimiento natural apoyado en los fundamentos comunes de la razón humana lo poseen
todos, el vulgo hace de él muy poco caso” (31). Así pues, el don de la profecía la tienen
todos los hombres, lo único que se exige es una mirada atenta a los movimientos que se
producen en lo que lo rodea y que están regidas de acuerdo a las leyes naturales de la causa
y el efecto. Ospina, relacionando con lo anterior, recomienda en “El profeta” leer “la forma
de ese cordel que los albañiles arrojan” (2010, 310). Recuérdese que las leyes naturales, en el
pensamiento de Spinoza, están en Dios y se manifiestan a través de Dios. Spinoza
ejemplifica lo anterior con el caso de Moisés y Cristo, dos profetas a quienes Dios se
manifestó sin necesidad de imágenes y de forma natural, a diferencia de los demás profetas.
En el caso de Moisés, a través de una zarza ardiente y en Cristo observa en las Sagradas
Escrituras una excepción, ya que es el único hombre que ha recibido sin palabra ni visiones
los decretos divinos. En el caso de “El loco”, Ospina no apela a imágenes oníricas al
exclamar su profecía. Sus imágenes son extraídas de la realidad misma. Vendrán ríos de
plomo fundido, refiriéndose a los deshechos de las industrias, torres que estorban los astros,
la creación de peces víctimas de tal vez deshechos nucleares, mutaciones de animales hechas
por el hombre. Si se acepta la definición de Spinoza a propósito de la profecía, entonces
gran parte de la humanidad según Ospina no ha sido lo suficientemente atenta, lo
suficientemente observadora para darse cuenta de la inminente destrucción que ella misma
está causando, sólo unos pocos, los denominados “locos”, han sido capaces de ver más allá
del presente.
2.5 La poesía del porvenir y la aurora
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