Page 127 - Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis) Arturo Vilchis
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130 Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis)
El asunto de la educación se discutió en diversos medios, entre
los intelectuales y en publicaciones pedagógicas desde principios
del siglo xx. En publicaciones y círculos se divulgaron los plan-
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teamientos novedosos de los sistemas norteamericanos y europeos,
así como la propagación los planteamientos de la Escuela Nueva
o Activa: Los proyectos pedagógicos de Pestalozzi, John Dewey,
Montessori, Alfredo Aguayo —cubano—, de la educación racio-
nalista, etc.
la iglesia y la edUcación
La religión no ignoró los procesos políticos, sociales y pedagógicos
que se venían instaurando en el mundo, en México y en Yucatán,
desde finales del siglo xix. Desde su posición, coludida con el po-
der de los hacendados del henequén, la Iglesia yucateca también
originó debates acerca del papel educativo en el proceso de la na-
ción. El gran tema social del momento era la cuestión obrera. El
Papa León XIII expuso su génesis en la introducción de la encíclica
Rerum Novarum y la resumía lapidariamente al afirmar que un pe-
queño número de opulentos y adinerados había impuesto un yugo
casi de esclavitud a una infinita multitud de proletarios. Sociológi-
camente, se trataba de un problema ético-teológico, de un mal. La
solución no era el intento socialista, consistente en la supresión de
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2 Destacan las revistas La Escuela Primaria (1886-1907), dirigida por Rodolfo
Menéndez; La Educación, Revista Mensual de Pedagogía y Letras (1912), dirigida por
Fernando Patrón Correa, órgano del Instituto Literario del Estado; El Paladín Es-
colar (1913-1918, con interrupciones en 1916 y 1917), dirigida por Albino J. Lope,
revista mensual de educación, órgano de la Unión de Profesores de Yucatán.
3 La ofensiva católica inició en 1891, cuando el obispo de Yucatán, Crescen-
cio Carrillo y Ancona, fue el único de los 23 obispos de México en presentar y pu-
blicar la encíclica Rerum Novarum, en la cual se señala la aparición del socialismo
como una desgracia para el catolicismo. En una carta del arzobispo en 1913, se
concebía el socialismo como un mal para el Estado: “El socialismo que se muestra
ya vigoroso, pocos obstáculos deberá vencer para llegar hasta los indios de cam-