Page 77 - Educación en Bolivia (Warisata) y México (Chuminópolis) Arturo Vilchis
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I. Acracia y pedagogía  79




            posibilidad de comprobación. Porque: “La ciencia no es un patri-
            monio de los privilegiados, sino de todas las capas sociales.  Bajo
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            el procedimiento de la experiencia y de la observación capacita a
            la humanidad, para que formen un criterio real”.  Retomaría, en-
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            tonces, una posición monista, donde la ciencia junto a la libertad
            debían ser las únicas guías de la vida en la Escuela Moderna.
               Una Escuela Moderna a su vez racionalista desde dos ejes, el
            primero ligado con el Iluminismo del siglo  xvii. Ferrer sostuvo
            que su escuela conduciría a los seres humanos hacia la luz de la
            verdad, la razón y los conocimientos demostrados. Una luz que
            disiparía “las tinieblas de los prejuicios, la ignorancia y las supers-
            ticiones y liberaría al hombre poniéndolo a salvo de los abusos de
            la autoridad”.  Un segundo eje de significación del racionalismo
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            tuvo que ver con la noción del trabajo como realización racional
            y la exclusión de toda enseñanza religiosa, énfasis de la educación
            integral de la lucha por el trabajo para la realización que reclama
            el intelecto, y que Ferrer definió como un racionalismo humano:

               La Escuela Moderna intenta destruir todos los prejuicios que dificul-
               tan la emancipación total del individuo, y para eso adopta el raciona-
               lismo humanitario que es inculcar en las gentes la necesidad de cono-
               cer el origen de todas las injusticias sociales, para que conociéndolas
               pueda oponerse a ellas y destruirlas.
                 […] La enseñanza racionalista y científica de la Escuela Moderna
               comprende cómo se ve el estudio de cuanto puede ser favorable a la
               libertad del individuo y a la armonía de la colectividad, en espera




               73   Sin abandonar del todo algunos elementos positivistas de la época respecto
            al papel principal de la sanidad, implementó programas de higiene escolar, que
            incluían higiene de los edificios escolares, higiene de los alumnos y el desarrollo en
            los mismos del ejercicio físico y la labor intelectual. Ferrer Guardia, op. cit., p. 23.
               74   “Programa Inicial de la Escuela Moderna”, en Francisco Ferrer Guardia,
            op. cit., p. 22.
               75   Ibid., p. 37.
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