Page 138 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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100 NIGOLAS MAQUIAVELO
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Cur ltaliae príncipes regnum amiserunt 1
Observadas con prudencia, las cosas que hemos dichc
hasta ahora hacen que un príncipe nuevo parezca anti-
guo y le dan inmediatamente más seguridad y firmeza
en su estado de la que tendría si se hubiera establecido
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en él desde siempre Porque un príncipe nuevo es mu-
cho más observado en sus acciones que uno hereditario; y
cuando estas acciones son consideradas virtuosas, conquis-
tan más fácilmente a los hombres y les obligan más que la
antigüedad de la sangre. Porque a los hombres les intere-
san más las cosas presentes que las pasadas, y cuando en
el presente encuentran el bien lo disfrutan sin preocuparse
de nada más; más aún, defenderán al príncipe en todo y
por todo, siempre que no falte en lo demás a su palabra.
Y así habrá duplicado su gloria: por haber creado un prin-
cipado nuevo y haberlo ornado y consolidado con buenas
leyes, con buenas armas, buenos amigos y buenos ejem-
plos 3; como habrá duplicado su vergüenza aquél que, naci-
do príncipe, por su poca prudencia pierda el estado.
Y si observamos atentamente a aquellos señores que en
nuestro tiempo4 han perdido sus estados en Italia, como el
rey de N ápoles 5, el duque de Milán y otros, a todos les
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1 De por qué los príncipes de Italia han perdido sus estados.
2 Para Sasso, este capítulo, junto con el siguiente, contiene la razón
misma de la obra.
l Otra vez el nexo entre «buenas leyes» y «buenas armas», fundamen-
tal para comprender la problemática política del «príncipe nuevo». Más
adelante Maquiavelo señalará como causas del fracaso de los príncipes ita-
lianos no sólo la ineficacia militar, sino también la falta de «buenas leyes».
~ El termines a quo del análisis de Maquiavelo es naturalmente 1494,
año del «paso» a Italia de Carlos Vlll de Francia.
~ Se refiere a Federico de Aragón, que en 1496 había sucedido a Fer-
nando II, destronado por Fernando el Católico el 2 de agosto de 1501.
6 Ludovico el Moro, del que Maquiavelo nos ha hablado ya en el ca-
pítulo III.