Page 141 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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EL PRINCIPE   103

      bedrío no se ha extinguido, creo que quizás es verdad que
      la fortuna es árbitro de la mitad de nuestras acciones, pero
      que también es verdad que nos deja gobernar la otra mi-
      tad, o casi 5  a nosotros. Y la comparo a uno de esos ríos
      impetuosos que cuando se enfurecen inundan las llanuras,
      destrozan árboles y edificios, se llevan tierra de aquí para
      dejarla allá; todos les huyen, todos ceden a su furia sin po-
      der oponerles  resistencia alguna. Y aunque sean así, nada
      impide que los hombres, en tiempos de bonanza, puedan
      tomar precauciones, o con diques o con márgenes, de ma-
      nera que en crecidas posteriores o bien siguieran por un ca-
      nal o bien su ímpetu no fuera ya ni tan desenfrenado  ni
      tan peligroso6.  Lo mismo ocurre con la fortuna que de-
      muestra su fuerza allí donde no hay una virtud preparada
      capaz de resistírsele; y así dirige sus ímpetus hacia donde
      sabe que no se han hecho ni márgenes ni diques que pue-
      dan contenerla  Y si observáis atentamente Italia, que es
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      la sede de todos estos cambios y la que los ha suscitado, ve-
      réis que es un campo sin diques y sin protección alguna;
      porque  si estuviera  protegida  por una  adecuada virtud,
      como Alemania, España o Francia, esta riada no habría pro-
      vocado tan grandes  trastornos;  o ni siquiera se hubiera
      producido.
        Y baste lo dicho para oponerse, en general, a la fortuna.
      Pero ciñéndome más a los casos particulares, digo que se
      ve a los príncipes prosperar hoy y caer mañana, sin haber
      visto cambio alguno en su naturaleza o en sus cualidades.
      Lo que creo que proviene, ante todo, de las razones am-
      pliamente expuestas  más arriba, es decir que el príncipe

        l  A pesar de querer reaccionar contra el fatalismo y de reivindicar el
      valor de la «virtud», Maquiavelo se deja aún vencer por un cierto pesi-
      mismo y así se le escapa éste «o casi», con lo que también el control del
      hombre sobre la mitad de sus acciones parece peligrar.
        6   Una de las comparaciones más famosas de Maquiavelo, que se re-
      pite en distintos textos, como por ejemplo en el ya citado capítulo, De
     fortuna. Como precedentes, se citan: Horacio, Odas, III, 29, y sobre todo
      un fragmento de las lntercoenales, de L. B. Alberti.
        7   Otra famosa expresión que aparece en varios textos. Ver por ejem-
      plo Paro/e da dire sopra la prooisione del danaio ... escritas en marzo
      de 1503, en Opere, edición Mazzoni, Casella, Florencia 1929, pág. 791.
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