Page 145 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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EL PRINCIPE   107

     cipe nuevo, que no creo que haya habido nunca un momen-
      to más apto que ésre '. Y si, como dije, era necesario para
      ver la virtud de Moisés que el pueblo de Israel estuviera
     esclavo en Egipto; y para conocer la grandeza de ánimo de
      Ciro, que los persas estuvieran oprimidos por los medas, y
      la excelencia de Teseo, que los atenienses estuvieran dis-
      persos 5; igualmente ahora, para poder conocer la virtud de
      un espíritu italiano, era necesario que Italia se viera redu-
      cida a su actual situación, más esclava que los hebreos, más
      sometida que los persas, más dispefsa que los atenienses;
      sin cabeza, sin orden; vencida, expoliada, desgarrada, ocu-
      pada y que hubiese soportado toda clase de calamidades. Y
      si bien hasta ahora habríamos visto alguna señal en algu-
      no, que permitía esperar que Dios le había escogido para
      su redención, no obstante se ha visto luego cómo en el mo-
      mento culminante de sus acciones ha sido reprobado por
               6.
      la fortuna  De manera que, desfallecida, espera a ver quién
      la sane de sus heridas, ponga fin a los saqueos de Lombar-
      día, a las extorsiones del reino de Nápoles y de Toscana y
      la cure de tantas llagas ulceradas por el tiempo. Véase cómo
      ruega a Dios que le mande a alguien que la redima de estas
      crueldades e insolencias bárbaras. Se la ve también pronta
      y dispuesta a seguir una bandera, con sólo que haya uno

        •  Maquiavelo dice aquí que no ha habido tiempo más propicio que el
      actual para llevar a cabo la empresa de un príncipe nuevo, cuando en el
      resto de la obra afirma precisamente que el príncipe ha de tener una «ex-
      traordinaria» virtud porque los tiempos son difíciles. Así que ahora pa-
      recía que la fortuna quiere favorecer a los Medici haciendo casi de provi-
      dencia y poniendo de esta manera más en evidencia la bondad del nuevo
      príncipe. Ya en el capítulo XX, señalaba que al vencer dificultades resul-
      taba mayorla grandeza del príncipe.
        l  Son los mismos ejemplos del capítulo VI, pero mientras allí seña-
      laba que aunque la ocasión ofrecida por la fortuna a estos héroes era im-
      portante, «sin virtud» esta ocasión se presentaría en vano; en el capítu-
      lo XXVI el papel de la fortuna es decisivo, no por razones «providenzia-
      li» sino porque, como dice Sasso, ésta es la situación sentimental de su
      ánimo. Maquiavelo se ha dado cuenta de que no hay virtud que pueda su-
      perar sus propios límites y por lo tanto trata de reducirlo todo a lo que
      es necesario que se produzca.
        6   Se refiere obviamente a César Borja. Esta reprobación de la fortuna.
      si es que pudiéramos dudarlo, nos lo confirma.
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