Page 140 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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102  NIGOLAS MAQUIAVELO

      buena; pero es muy malo haber dejado otras soluciones para
      tomar ésta; porque no hay que dejarse caer pensando que
      ya habrá quien te recoja, que esto no suele suceder; y si su-
      cede, está en peligro tu seguridad, porque fue una forma
      de defensa vil que, además, no dependió de ti. Sólo son bue-
      nas, seguras y duraderas las defensas que dependen de ti
      mismo y de tu propia virtud.


                              XXV

      Quantum  fortuna  in rebus humanis  possit  et quomodo
                       itli sit occurrendum  1

        Y a sé que muchos han creído y creen que las cosas del
     mundo están hasta tal punto gobernadas por la fortuna
     y por Dios, que los hombres con su inteligencia no pue-
                                           2;
     den modificarlas ni siquiera remediarlas  y por eso se po-
                                             3
     día creer que no vale la pena  esforzarse  mucho  en las
      cosas sino más bien dejarse llevar por el destino. Esta opi-
      nión se ha extendido mucho en nuestra época, dada la gran
      variación de cosas que se han visto y se ven cada día, más
      allá de cualquier humana conjetura. Yo mismo, pensando
      en ello, algunas veces me he inclinado, en parte, hacia esta
                    4•
      opinión general  No obstante, puesto que nuestro libre al-
        1   Cuál es el poder de la fortuna en las cosas humanas y cómo hay que
      enfrentarse a ella.
        2   Para Sasso el problema de la fortuna y de la relación del gobernante
      con la fortuna es el problema mismo de la génesis y del significado del
      Príncipe. Para el concepto de Fortuna en la obra de Maquiavelo ver ade-
      más: Discursos, II, 1  y 29, III, 9, 21, 44; Carta a Pier Soderini (Lettere,
      119) generalmente conocida como «Gbiribizzi» a Pier Soderini; capítulo
      Di fortuna, Istorie [iorentine,  V, l.
        l  En el original, «insudare». Esforzarse, empeñarse demasiado en em-
      presas militares o políticas. Pero el verbo «insudare» tiene un valor muy
      expresivo y difícil de traducir con una paráfrasis.
        4   Efectivamente aquellos últimos años de la historia italiana estaban
      llenos de casos «fuora d'ogni umana coniettura», y no era sólo la clase di-
      rigente la que estaba asombrada y aterrada por su propia ruina. También
      Maquiavelo a veces se siente pesimista y cansado; recuérdese el tono de
      sus cartas, en los primeros días del exilio, en especial las que dirige a
      Vettori,
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