Page 20 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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XX  ANA MARTINEZ ARANCON

      ses de la patria común, los soldados están altamente motiva-
      dos, combaten con valentía y audacia y no traicionan a sus
      jefes. Por último, un ejército nacional no puede convenirse
      fácilmente en instrumento para ambiciones privadas, como
      sucede con los mercenarios, y es, pues, un firme apoyo de
      la libertad común.
        Una república bien organizada es responsabilidad de to-
      dos. Sin embargo, en etapas cruciales de su existencia, como
      su fundación, un grave peligro por la invasión de un enemi-
      go poderosísimo, una emergencia catastrófica, o la urgente
      necesidad de corregir y reformar el Estado, sea porque pare-
      ce precipitarse en la corrupción, o porque sus instituciones
      se han quedado anticuadas, es mejor dejar las cosas en ma-
      nos de un solo hombre, aunque lo ideal es que esté previsto
      también retornar a la normalidad de las formas mixtas tan
      pronto como el estado de los asuntos públicos lo haga po-
      sible.
        A veces, una constitución especialmente rígida y unas con-
      diciones de aislamiento geográfico o de pobreza del suelo
      aconsejan que la república se mantenga en su primer esta-
      do, sin conquistar nuevos territorios ni aumentar el número
      de sus ciudadanos, pero estas condiciones especiales son muy
      raras. No es normal que una cosa pueda conservarse mucho
      tiempo en su identidad.  La naturaleza no se detiene nunca,
      y, del mismo modo, «como las cosas humanas están siempre
      en movimiento, o se remontan o descienden-  10•   De mane-
      ra que, si un Estado no quiere declinar, es absolutamente
      necesario que esté siempre en crecimiento, y las institucio-
      nes deben estar preparadas para encauzar esa dilatación cons-
      tante. La ciencia política se desarrolla, pues, en tres fases:
      adquirir, conservar y aumentar;  si falla la tercera, las otras
      se desmoronan.
        Dado que los Estados crecen mediante  el conflicto con
     otros, el arte de la guerra es parte fundamental  de la educa-
     ción del político y de su práctica cotidiana, y volvemos así


       1º  N. Maquiavelo, Discursos sobre la primera Década de Tito Lisio, li-
     bro 11, proemio.
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