Page 33 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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ESTUDIO  PRELIMINAR   XXXIII

      cipes nuevos que, si quieren tener éxito, lo tomen como guía.
      En cuanto a Fernando el Católico, a quien cita con frecuen-
      cia, y a quien alude otras veces sin nombrarlo, no parece re-
      sultarle simpático personalmente, pero alaba su parsimonia,
      rayana casi en la avaricia; su osadía, que sin embargo no es
      descabellada; su disimulo, tal vez excesivamente cínico, y,
      sobre todo, «su habilidad  para enfrentarse con la necesi-
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      dad»  y para salir airoso de las situaciones más imprevi-
      sibles.
        Pero este destacado lugar de los españoles entre los mode-
      los del gobernante sagaz no fue óbice para que Maquiavelo
      fuera criticado, rechazado e insultado por los pensadores po-
      líticos españoles. Aunque El príncipe se incluyó muy pronto
      en el Indice de libros prohibidos,  y aunque no existe ningu-
      na traducción castellana impresa hasta el siglo XIX, es indu-
      dable que los españoles conocían y leían la obra, pues po-
      dían conseguir ejemplares de ésta a través de los dominios
      italianos de la corona, y la mayoría de las gentes cultas de
      la España de los Siglos de Oro, aunque no dominase a la
      perfección el toscano, sí sabía lo bastante como para enten-
      der los libros escritos en aquella lengua, como nos lo demues-
      tra la cantidad de alusiones a literatos italianos que encon-
      tramos en nuestros hombres de letras, particularmente en los
      poetas, que incluso se atreven a intercalar en sus obras algu-
      nos versos en ese idioma, colocados con tanta soltura como
      incorrección gramatical.
        El príncipe escandalizó en toda Europa y, desde luego, en
      Españ.a, y las reacciones en contra fueron muy violentas. En
      ellas se exagera el alcance de sus afirmaciones «acentuando
                                                     26•
      el maquiavelismo más allá del nivel de Maquiavek»  Con-
      vierten a su autor en una especie de monstruo abominable,
      y así, por ejemplo, uno de sus detractores, no contento con
      llamarle «hombre impío y sin Dios> y «ministro de Satanás>,


       25  L. Díez del Corral, Ei pensamiento político europeo y la monarquía
      de España, Alianza, Madrid, 1983, p. 39.
       26 J. A. Maravall, «Sobre Maquiavelo y el Estado moderno>, en Estudios
      de historia del pensamiento español, vol. II, Ediciones de Cultura Hispáni-
      ca, Madrid, 1984, p. 337.
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