Page 50 - Maquiavelo, Nicolas. - El Principe [1513]
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12   NICOLAS MAQUIAVELO

      tieron el reino de los macedonios, y expulsaron de allí a
      Antíoco; pero nunca los méritos de los aqueos o de los
      etolios consiguieron que los romanos les permitieran  au-
      mentar su poder; ni los argumentos persuasivos de Filipo
      les indujeron a serle amigos sin antes humillarlo; ni la fuer-
      za de Antíoco logró que le consintieran, en aquella provin-
      cia, ningún poder. Porque los romanos hicieron, en estos
      casos, lo que todos los príncipes sabios deben hacer: preo-
      cuparse no sólo de los problemas presentes sino de los fu-
      turos, procurando evitarlos por todos los medios; porque
      previstos con antelación se puede encontrar fácil remedio,
      pero si se espera a tenerlos encima, la medicina no puede
      ya actuar porque la enfermedad se ha convertido en incu-
           16.
      rable  Y sucede aquí lo mismo que, según dicen los mé-
      dicos, sucede con la tisis, que al principio del mal es fácil
      de curar y difícil de diagnosticar, pero con el paso del tiem-
      po, al no haber sido ni conocida ni medicada a tiempo, re-
      sulta fácil de conocer y difícil de curar. Lo mismo sucede
      con las cosas del estado, que conociendo a tiempo los ma-
      les que nacen en él (lo que no es dado más que a los pru-
      dentes)  se curan pronto; pero cuando por no haberlos re-
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      conocido se dejan crecer de tal manera que cualquiera pue-
      de reconocerlos, ya no hay remedio alguno.
        Pero los romanos,  previendo  con tiempo  los inconve-
      nientes, los remediaron siempre; y no dejaron nunca que
      progresaran  ni para evitar una guerra, porque sabían que
      la guerra no se elude, sino que se aplaza con ventaja para
      los otros; por eso prefirieron hacer la guerra en Grecia con-
      tra Filipo y Antíoco, para no tener que hacerla en Italia, y
      aun sabiendo que podían en aquel momento eludir una y
      otra, no quisieron. Tampoco les gustó nunca eso de gozar
      del beneficio del tiempo  que está siempre en boca de los
                            18
      sabios de nuestra época y prefirieron, en cambio, seguir los

        16   Una de las más eficaces definiciones maquiavélicas de ese «vedere
      discosro» del que antes he hablado.
        17   Confrontar con Príncipe,  XIII, y Discursos,  I, 18.
        18   «godere il benefizio del tempo», el perpetuo defecto de la prudente
      política florentina, del que Maquiavelo se queja continuamente y que tan-
      tas veces ha tenido que sufrir como legado.
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