Page 58 - e-book
P. 58
AUTOR Libro
reacción ante sus próximas palabras—. No eres la única persona que ha pasado por
esto, ya sabes.
—Lo sé —la mueca que acompañó mi respuesta fue desganada e inexpresiva.
—Escucha, cielo. Creo que... que quizás necesites algún tipo de ayuda.
—¿Ayuda?
Hizo una pausa para volver a elegir las palabras adecuadas.
—Cuando tu madre se fue —comenzó al tiempo que torcía el gesto— y te llevó
con ella... Bueno, realmente fue una mala época para mí —respiró hondo.
—Lo sé, papá —musité.
—Sin embargo, me sobrepuse —señaló—. Cariño, tú no lo estás haciendo. He
esperado pensando que mejorarías con el tiempo —me miró fijamente y luego bajó
los ojos con rapidez—. Pero creo que los dos sabemos que esto no está yendo a mejor.
—Estoy bien.
Me ignoró.
—Quizás... Bueno, tal vez si hablaras del tema con alguien..., con un
profesional...
—¿Quieres que me vea un loquero? —mi voz se iba volviendo más aguda
conforme veía hacia dónde quería ir.
—Podría ayudar.
—Y también podría no servir para nada.
No sabía mucho sobre psicoanálisis, pero estaba bastante segura de que no
funcionaba a menos que el paciente fuera relativamente sincero, y estaba segura de
que me iba a pasar el resto de la vida en una celda acolchada si contaba la verdad.
Examinó mi expresión obstinada y eligió otra línea de ataque.
—No está en mis manos, Bella. Quizás tu madre...
—Mira —le dije con voz inexpresiva—. Saldré esta noche si quieres. Llamaré a
Jess o a Angela.
—Eso no es lo que yo quiero —protestó, frustrado—. No creo que pueda
soportar ver cómo intentas esforzarte aún más. No he visto a nadie intentarlo tanto.
Duele verlo.
Fingí no haberle entendido y clavé la vista en la mesa.
—No te entiendo, papá. Primero te enfadas porque no hago nada y luego me
dices que no quieres que salga.
—Quiero que seas feliz. No, ni siquiera eso. Sólo quiero que no te sientas tan
desgraciada, y creo que te resultará más fácil lejos de Forks.
Mis ojos llamearon con la primera pequeña chispa de sentimiento que él había
contemplado en mucho tiempo.
—No pienso irme —dije.
—¿Por qué no? —inquirió.
—Es mi último semestre en la escuela, lo fastidiaría todo.
—Eres una buena estudiante, lo resolverás de alguna manera.
—No quiero agobiar a mamá y a Phil.
—Tu madre se muere por tenerte de vuelta.
- 58 -