Page 202 - Crepusculo 1
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tiempos. Incluso me sentía bastante halagado al pensar que había conseguido que la vida te
resultara un poco más interesante.
—No pretendía ser agradable —confesé, haciendo caso omiso de su intento de
distraerme, mirando hacia mis rodillas—. Mi madre pronunció esas mismas palabras cuando
dejó a Charlie. Se podría decir que fue un golpe bajo.
—No te preocupes, te perdonará —sonrió levemente, aunque esa «alegría» no le llegó a
los ojos.
Le miré con desesperación y él vio un pánico manifiesto en mis ojos.
—Bella, todo va a salir bien.
—No irá bien si no estamos juntos —susurré.
—Nos reuniremos dentro de unos días —me aseguró mientras me rodeaba con el
brazo—. Y no olvides que fue idea tuya.
—Era la mejor idea, y claro que fue mía.
Me respondió con una sonrisa triste que desapareció de inmediato.
— ¿Por qué ha ocurrido todo esto? —Pregunté con voz temblorosa— ¿Por qué a mí?
Contempló fijamente la carretera que se extendía delante de nosotros.
—Es por mi culpa —dirigía contra sí mismo la rabia que le alteraba la voz—. He sido
un imbécil al exponerte a algo así.
—No me refería a eso —insistí—. Yo estaba allí, vale, mira qué bien, pero eso no
perturbó a los otros dos. ¿Por qué el tal James decidió matarme a mí? Si había allí un montón
de gente, ¿por qué a mí?
Edward vaciló, pensándoselo antes de contestar.
—Inspeccioné a fondo su mente en ese momento —comenzó en voz baja—. Una vez
que te vio, dudo que yo hubiera podido hacer algo para evitar esto. Esa es tu parte de culpa —
su voz adquirió un punto irónico—. No se habría alterado si no olieras de esa forma tan
fatídicamente deliciosa. Pero cuando te defendí... bueno, eso lo empeoró bastante. No está
acostumbrado a no salirse con la suya, sin importar lo insignificante que pueda ser el asunto.
James se concibe a sí mismo como un cazador, sólo eso. Su existencia se reduce al rastreo y
todo lo que le pide a la vida es un buen reto. Y de pronto nos presentamos nosotros, un gran
clan de fuertes luchadores con un precioso trofeo, todos volcados en proteger al único
elemento vulnerable. No te puedes hacer idea de su euforia. Es su juego favorito y lo hemos
convertido para él en algo mucho más excitante.
El tono de su voz estaba lleno de disgusto. Hizo una pausa y agregó con desesperanza y
frustración:
—Sin embargo, te habría matado allí mismo, en ese momento, de no haber estado yo.
—Creía que no olía igual para los otros... que como huelo para ti —comenté dubitativa.
—No, lo cual no quiere decir que no seas una tentación para todos. Se habría producido
un enfrentamiento allí mismo si hubieras atraído al rastreador, o a cualquiera de ellos, como a
mí.
Me estremecí.
—No creo que tenga otra alternativa que matarle —murmuró—, aunque a Carlisle no le
va gustar.
Oí el sonido de las ruedas cruzando el puente aunque no se veía el río en la oscuridad.
Sabía que nos estábamos acercando, de modo que se lo tenía que preguntar en ese momento.
— ¿Cómo se mata a un vampiro?
Me miró con ojos inescrutables y su voz se volvió repentinamente áspera.
—La única manera segura es cortarlo en pedazos, y luego quemarlos.
— ¿Van a luchar a su lado los otros dos?
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