Page 204 - Crepusculo 1
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—Ve en paz —fue la respuesta formal de Carlisle.
Laurent echó otra larga mirada alrededor y entonces se apresuró hacia la puerta.
El silencio duró menos de un minuto.
— ¿A qué distancia se encuentra? —Carlisle miró a Edward.
Esme ya estaba en movimiento, tocó con la mano un control invisible que había en la
pared y con un chirrido, unos grandes postigos metálicos comenzaron a sellar la pared de
cristal. Me quedé boquiabierta.
—Está a unos cinco kilómetros pasando el río, dando vueltas por los alrededores para
reunirse con la mujer.
— ¿Cuál es el plan?
—Lo alejaremos de aquí para que Jasper y Alice se la puedan llevar al sur,
— ¿Y luego?
El tono de Edward era mortífero.
—Le daremos caza en cuanto Bella esté fuera de aquí.
—Supongo que no hay otra opción —admitió Carlisle con el rostro sombrío.
Edward se volvió hacia Rosalie.
—Súbela arriba e intercambiad vuestras ropas —le ordenó, y ella le devolvió la mirada,
furibunda e incrédula.
— ¿Por qué debo hacerlo? —Dijo en voz baja—. ¿Qué es ella para mí? Nada, salvo una
amenaza, un peligro que tú has buscado y que tenemos que sufrir todos.
Me acobardó el veneno que destilaban sus palabras.
—Rosa... —murmuró Emmett, poniéndole una mano en el hombro. Ella se la sacó de
encima con una sacudida.
Sin embargo, yo fijaba en Edward toda mi atención; conociendo su temperamento, me
preocupaba su reacción. Pero me sorprendió.
Apartó la mirada de Rosalie como si no hubiera dicho nada, como si no existiera.
— ¿Esme? —preguntó con calma.
—Por supuesto —murmuró ella.
Esme estuvo a mi lado en menos de lo que dura un latido, y me alzó en brazos sin
esfuerzo. Se lanzó escaleras arriba antes de que yo empezara a jadear del susto.
— ¿Qué vamos a hacer? —pregunté sin aliento cuando me soltó en una habitación
oscura en algún lugar del segundo piso.
—Intentaremos confundir el olor —pude oír como caían sus ropas al suelo—. No durará
mucho, pero ayudará a que puedas huir.
—No creo que me las pueda poner... —dudé, pero ella empezó a quitarme la camiseta
con brusquedad. Rápidamente, me quité yo sola los vaqueros. Me tendió lo que parecía ser
una camiseta y luché por meter los brazos en los huecos correctos. Tan pronto como lo
conseguí, ella me entregó sus mallas de deporte.
Tiré de ellas pero no conseguí ponérmelas bien, eran demasiado largas, por lo que Esme
dobló diestramente los dobladillos unas cuantas veces de manera que pude ponerme en pie.
Ella ya se había puesto mis ropas y me llevó hacia las escaleras donde aguardaba Alice con un
pequeño bolso de piel en la mano. Me tomaron cada una de un codo y me llevaron en
volandas hasta el tramo de las escaleras.
Parecía como si todo se hubiera resuelto en el salón en nuestra ausencia. Edward y
Emmett estaban preparados para irse, este último llevaba una mochila de aspecto pesado
sobre el hombro. Carlisle le tendió un objeto pequeño a Esme, luego se volvió y le dio otro
igual a Alice; era un pequeño móvil plateado.
—Esme y Rosalie se llevarán tu coche, Bella —me dijo al pasar a mi lado. Asentí,
mirando con recelo a Rosalie, que contemplaba a Carlisle con expresión resentida.
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